16.6.25

Bizet: Suites de "La arlesiana"

(Caricatura de Henri Meyer, 1863)

Junto con Carmen, la otra obra que siempre se menciona al hablar de Bizet es la música incidental que compuso en 1872 para la pieza teatral L'Arlésienne, de Alphonse Daudet. Es otro caso que demuestra el enorme poder evocador que tenía Bizet para situar música dramática en un contexto espacial que apenas conocía (jamás estuvo en España y ahí está Carmen, y la Provenza en la que se desarrolla la obra de Daudet solo la visitó de paso, en su viaje a Roma después de ganar el premio de ese nombre). La música no tuvo demasiado éxito en su momento, a pesar de lo cual Bizet, convencido de su valía, extrajo una suite orquestal. Tras su muerte, Ernest Guiraud arregló una segunda. Aquí las tenéis.

9.6.25

Ravel: Bolero

Ravel en 1928
(Autor desconocido, Biblioteca Nacional de Francia)

Quizá la obra más conocida de Ravel sea su Bolero, una pieza en la que la orquesta repite numerosas veces dos temas. Digo la orquesta, pero en realidad son sus diferentes instrumentos de viento los que enuncian esas dos frases de raíces tan españolas. Sí que es cierto que, al final, todo el conjunto se une a la fiesta. Y todo bajo un ritmo repetitivo e incesante. En definitiva, una maravilla.

Una maravilla que tuvo un éxito fulgurante en su estreno, el 22 de noviembre de 1928, en la Ópera de París, en una representación que contó con la coreografía de Bronislava Nijinska, hermana del celebérrimo bailarín ruso. Una representación que tocaba todos los tópicos españoles: taberna, bella mujer gitana, un montón de tíos que se prendan de ella y luego sacan sus navajas... En fin. Disfrutemos de la música...


 

26.5.25

Shostakovich Suite de Jazz n.º 2


Para el estalinismo, el jazz era un "residuo de la cultura y la decadencia burguesas" (cito a Elizabeth Wilson, que escribió las notas para el álbum cuya foto encabeza esta entrada). Por tanto, lo que llegó como "jazz" a Shostakovich es muy probable que distase bastante de lo que en realidad es esa música. Y una prueba fehaciente son sus dos suites de jazz; la primera la escribió en 1934 como acicate relacionado con un concurso que se convocó en Leningrado en relación con los trabajos de una comisión que pretendía elevar el nivel del "jazz" que se hacía en la Unión Soviética. Cuatro años después escribió una segunda suite, la que hoy os traigo, muy conocida porque una de sus piezas fue utilizada por Stanley Kubrick en una de sus últimas películas, Eyes Wide Shut. Vuelvo a citar a Elizabeth Wilson: "la música apenas corresponde con la comprensión aceptada del jazz. Más bien el compositor utiliza un idioma musical que usó con profusión en su música para el cine y el teatro". Sea como sea, es una música que se deja escuchar y que es más que placentera. A ver si opináis lo mismo...

19.5.25

Johan Strauss (hijo): "Du und Du" (vals)


Johann Strauss se casó cuatro veces. Su primera esposa fue la mezzosoprano Henriette Treffz, experta en asuntos teatrales. Fue ella quien lo indujo a probar con la música para la escena. Fue sobre todo en la última etapa de su carrera cuando Strauss se dedicó más a la opereta, con el acicate del deseo de los empresarios vieneses de "liberarse" de la tiranía que en ese campo ejercía desde París Jacques Offenbach. Yo solo conozco una de sus operetas, de la que suelo hablar por aquí de vez en cuando, ya que tengo como costumbre -al igual que muchos vieneses- de escucharla el día en que acaba el año. Se trata de Die Fledermaus, esto es, "El murciélago". Ya que hablamos de costumbres, otra que tenía Strauss (supongo que como otros compositores de su estilo) era sacar diferentes piezas de esas operetas para publicarlas de forma independiente. Es el caso de la que os traigo hoy, el vals Du un Du, que apareció como Op. 367 en 1874, el mismo año en que se estrenó la opereta. Se trata de unas de las primeras piezas de Strauss que escuché, siendo un crío, en un disco de vinilo de 25 centímetros, esto es, intermedio entre los sencillos (los de 45 rpm) y los LP de toda la vida, de 30 centímetros de diámetro. Hoy os lo traigo interpretado por un especialista indiscutible, Willi Boskosvky, al frente de la Filarmónica de Viena.

12.5.25

Ravel: "Alborada del gracioso"

Ravel en 1910

En 1904-05 Ravel compuso una serie de piezas para piano titulada Miroirs, una de las cuales era la Alborada del gracioso, una muestra más de su vinculación con nuestro país. En palabras de Bryce Morrison, en sus comentarios a la grabación de toda la obra pianística de nuestro compositor por Walter Gieseking, se trata de "la canción mañanera de un bufón para despertar a unos amantes tras una noche de felicidad". Varios años después, en 1918, Ravel elaboró una versión orquestal que es la que hoy os traigo, dirigida por un español, Pablo Heras-Casado. Disfrutadla.


5.5.25

Chopin: Valses (del recital de Besançon de Dinu Lipatti)

(Fotografía de Germaine Martin)

Pródigo como pocos este año de 2025 en efemérides, me acaba de ofrecer otra: se cumplirán 75 años de la muerte prematura de Dinu Lipatti, uno de los grandes pianistas del siglo XX.

Nacido el 19 de marzo de 1917 en el seno de una familia de músicos (su padre, violinista, fue discípulo de Sarasate, su madre fue pianista y el gran compositor George Enesco fue su padrino), estudió en su Bucarest natal y también en París, tras una invitación de Alfred Cortot, que protestó (de hecho, renunció a su puesto en el jurado) cuando en 1934 solo le concedieron el segundo premio en la Competición Internacional de Piano de Viena. Allí en Francia pasó los años anteriores a la segunda guerra mundial; tras su estallido, volvió a su país. Durante el conflicto se le detectó el extraño cáncer linfático que lo llevó a la muerte el 2 de diciembre de 1950 con solo 33 años de edad. Poco le duró, pues, su puesto como profesor en el Conservatorio de Ginebra, obtenido el año anterior. Ya muy enfermo, en septiembre de 1950, dio un impresionante recital en la ciudad francesa de Besançon, de donde proviene la música que hoy os traigo. En su día, el hoy desaparecido sello EMI publicó cinco discos con sus grabaciones (algunas de ellas referencias absolutas) que son un tesoro para cualquier amante de la música. Disfrutadlo.









31.3.25

Schoenberg: "Verklärte Nacht" Op. 4, dirigida por Pierre Boulez

Pierre Boulez en 1968
(Foto de Joost Evers, CC BY-SA Archivo Nacional de los Países Bajos)

No hace mucho, una contertulia de Mastodon (¡gracias, Salome!) me recordó que este año de 2025 también se cumple el centenario del nacimiento de Pierre Boulez, uno de los músicos más importantes del siglo XX. Yo contesté que lo admiraba más como director que como compositor pero que, en efecto, era digno de ser recordado como otros músicos que están apareciendo por aquí. Boulez, nacido en Montbrison, Loira, el 26 de marzo de 1925 y fallecido en Baden-Baden el 5 de enero de 2016, llevó el serialismo de su admirado Webern (no lo inventó él, pero tal vez fue quien más experimentó con este método schoenbergiano) más allá de ordenar de una u otra forma los doce sonidos de la escala cromática: lo aplicó al ritmo, al timbre, a la intensidad del sonido... Yo, sintiéndolo mucho, no lo puedo seguir hasta allí. Sin embargo, reitero mi admiración como intérprete, ya sea al frente de su Ensemble InterContemporain o de otros conjuntos orquestales. Disfruto de sus lecturas de Webern, Schoenberg (como la que hoy os traigo), Berg, Stravisnky e incluso de compositores con los que difícilmente se lo relacionaría, como Bach o Händel. Aquí tenéis su interpretación de la Noche transfigurada de Schoenberg.


 

17.3.25

Satie: "Gymnopedie" n.º 1

Erik Satie hacia 1920, fotografía de Henri Manuel

La verdad es que este año de 2025 doy una patada en el suelo y me salen varias efemérides musicales dignas de atención... Por ejemplo, hará cien años que nos dejó Erik Satie, un compositor más que interesante, curioso, extraño... Ya hace tiempo hablé por aquí de él. Primero le dediqué, cuando esta bitácora tenía "secciones" una de las entradas de "Raros y rarezas". Luego, otra sobre una de sus obras, Vexations, que dio lugar a una excéntrica forma de interpretarla. De momento, si os leéis esas dos antiguas entradas (son de 2008) ya tendréis una idea de cómo era este artista. Alguna cosa más diré de él en próximas semanas. De momento, os dejo su obra más conocida, la primera de sus tres Gymnopedies. Disfrutadla.

10.3.25

Alessandro Scarlatti: "Care selve, amati orrori", de "Il giardino d'amore"

El cardenal Pietro Ottoboni, por Francesco Trevisani
(Bowes Museum, Barnard Castle, RU)

Alessandro Scarlatti nació en Palermo en 1660. Muy pronto obtuvo su primer éxito, la ópera Gli equivoci nel sembiante, que se estrenó en Roma en 1679. Gracias a ello fue nombrado maestro de capilla de la reina Cristina de Suecia, que vivía en Roma su exilio tras su conversión al catolicismo. Sin ermbargo, sus obras no eran del agrado del papa, con lo cual no tardó en marcharse a Nápoles, donde fue, entre otras cosas, maestro de capilla del virrey, el marqués del Carpio. Allí estuvo hasta 1703, cuando regresó a Roma, donde, entre otros, estuvo al servicio del cardenal Pietro Ottoboni, quien además le suminsitró textos para algunos oratorios. De esta época data la otra obra de él que conozco (aparte del Stabat Mater que ya os traje por aquí), la cantata Il giardino de amore, escrita entre 1700 y 1705. De ella os pongo la primera de sus arias. Scarlatti, tras no encontrar un puesto fijo, volvió a Nápoles, donde murió el 22 de octubre de 1725.


3.3.25

Bizet: Sinfonía en do mayor

Bizet hacia 1860

Una de las primeras frases del artículo que el New Grove dedica a Bizet no puede ser más deprimente: "Bizet podría haber sobrepasado a los muchos compositores activos en Francia en el último tercio del siglo XIX de no haber sido por su prematura muerte a los 36 años de edad". Deprimente, pero no exenta de razón. Bizet mostró muy pronto sus dotes musicales; su padre era un modesto maestro de música y compositor y su madre también tenía conocimientos en este campo. Probablemente fue la primera que se los inculcó: le enseñó solfeo y piano.

Con solo nueve años entró en el Conservatorio, donde ganó todos los premios habidos y por haber, incluido el célebre "Premio de Roma" (ya hablaremos de ello en su momento). Y con diecisiete, en el otoño de 1855, emprendió la tarea de escribir su primera sinfonía, que tuvo como modelo al compositor que más lo influyó en sus años de aprendizaje: Charles Gounod. Apenas tardó cinco semanas en terminarla y, tal vez porque pensase que las mencionadas influencias fuesen demasiado evidentes, no llegó a editarla, de modo que la obra no se estrenó hasta el 26 de febrero de 1935, cuando Felix Weingartner, azuzado por el historiador musical Douglas Charles Parker, la presentó en Basilea.  Aquí la tenéis, interpretada nada menos que por Bernard Haitink al frente de la Orquesta del Concertgebouw.


24.2.25

Ravel: Rapsodia española

Ravel en 1907 (foto de Pierre Petit)

Aunque cuando solo tenía tres meses de edad la familia de Ravel se trasladó a París, él nació en Ciboure, en el País Vasco francés; su padre, Pierre Joseph Ravel, era suizo, pero su madre, Marie Delouart, era vascofrancesa. Esto hizo que siempre se sintiese muy ligado a España y que muchas de sus obras tengan a nuestro país como inspiración. Ya llegarán más, pero hoy os voy a traer una de las que menos explicaciones requieren, ya que su título lo dice todo: la Rapsodie espagnole, escrita en 1907 y basada en una Habanera que compuso unos cuantos años antes. Que la disfrutéis.


17.2.25

Shostakovich: Sinfonía n.º 1 en fa menor

Shostakovich en 1925

La familia paterna de Dmitri Shostakovich tenía raíces polacas y revolucionarias. Su abuelo fue desterrado a Siberia por participar en el intento de asesinato de Alejandro II y allí fue donde nació el padre de nuestro compositor. De Siberia era también su madre; ambos se conocieron en San Petersburgo, donde él estudiaba en la Universidad y ella en el Conservatorio. Era evidente que la música era importante en su casa, a pesar de lo cual él se mostró reticiente a estudiarla. Ello a pesar de haber mostrado grandes dotes, entre otras el oído absoluto. Superadas estas dudas, entró en el Conservatorio -a la vez que estudiaba Comercio- y no tardó en centrarse en una carrera musical.

Se podría decir que su Primera Sinfonía, concluida en la primavera de 1925, era una especie de ejercicio de graduación del Conservatorio. Sin embargo, el estreno de la pieza fue radiado (la primera emisión desde la sala en la que actuaba la Filarmónica de Leningrado) y ello supuso que su difusión fuese tan amplia como para llegar a Occidente, donde grandes directores como Toscanini, Klemperer o Bruno Walter la interpretaron con entusiasmo. Todo esto catapultó al joven y enfermizo compositor a la fama internacional. Aquí tenéis esta pieza, interpretada por Paavo Järvi al frente de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Fráncfort. Disfrutadla.


10.2.25

Johann Strauss: "Cuentos de los bosques de Viena"


Johann Strauss (hijo) no fue el creador del vals, pero sí quien lo llevó de las cabañas de los campesinos austriacos a la gran sala de conciertos. Pero antes pasó por el tamiz de su padre y de Joseph Lanner, quienes en el primer tercio del siglo XIX tomaron esas danzas, más bien vulgares, de la Alta Austria, el sur de Alemania y Estiria, y las convirtieron en una música de baile un poco más sofisticada. Strauss hijo la la llevó mucho más lejos y lo transformó en una pieza que perfectamente se podía presentar en una sala de conciertos aunque su fundamento era reinar en los salones de baile de la corte. Con él alcanzaron quizá su máxima expresión, con introducciones que son pequeños poemas sinfónicos. Hoy os traigo un ejemplo muy conocido que viene bastante a cuento. Se trata de los Cuentos de los bosques de Viena, en cuyo principio (y al final) suena un instrumento tradicional: la cítara. En la versión que os traigo la tañe Anton Karas, que será conocido por los cinéfilos al ser quien la interpreta en la inquietante banda sonora de El tercer hombre. Por otro lado, tenemos a la Filarmónica de Viena dirigida por Willi Boskovsky, quien fue su concertino durante muchos años, además del director del mítico Concierto de Año Nuevo desde 1954 hasta 1979.

3.2.25

Alessando Scarlatti: "Stabat Mater"


Una de las obras por la que es más conocido Giovanni Battista Pergolesi es por su Stabat Mater, que escribió el mismo año de su muerte, en 1736... Y ahora os estaréis preguntando: ¿qué dice este en una entrada que tiene como título Alessandro Scarlatti...? Pues muy fácil: el encargo le vino a Pergolesi porque la pieza del mismo título y carácter que había compuesto Scarlatti hacia 1708-17 se había quedado "anticuada". Casualmente, este año se cumplen 300 de la muerte de Scarlatti y será otro de los compositores de los que habrá que hablar; de momento os dejo ese "anticuado" y más que disfrutable Stabat Mater en do menor para soprano, contralto y orquesta.


 

27.1.25

Y aún más efemérides: Bizet (Farándula de "La arlesiana")


Este año de 2025 se está mostrando prolífico en efemérides. La última que me ha venido a la cabeza es el sesquicentenario de la muerte de Georges Bizet. Una vida breve, pero fecunda, que nos dejó una de las óperas más conocidas y representadas de la historia: Carmen. Sin embargo, a su compositor se deben muchas más obras, algunas, muchas, más que disfrutables. Ya llegará el momento de homenajear a la cigarrera sevillana, protagonista de una de las obras que más veces ha escuchado quien esto escribe, pero de momento lo que os traigo es otra pieza magnífica, la farándula, que forma parte de la música que escribió para La arlesiana, la obra teatral de Daudet.


20.1.25

Más efemérides: Maurice Ravel


Resulta que en este año  de 2025 también se cumplen 150 del nacimiento de Maurice Ravel, uno de mis compositores favoritos. Por tanto, ya hablaré bastante de él (y de otros que, entretanto, he encontrado) en estas entradas y, de momento, os traigo una de sus composiciones. Todas son disfrutables y cuesta trabajo elegir... Pero alguna había que poner y me he decantado por la Pavana por una infanta difunta.


13.1.25

Efemérides de 2025: Johann Strauss (hijo) y Dmitri Shostakovich




Seguro que más adelante me saldrán otras, pero en este año 2025 las primeras efemérides que me han venido a la cabeza tienen que ver con los dos compositores cuyas fotos encabezan esta entrada. Se cumplen 200 años del nacimiento de Johann Strauss (hijo) y cincuenta años de la muerte de Dmitri Shostakovich. Un artista que intentó (y consiguió) cumplir con los gustos de su época y otro que se tuvo que enfrentar (sin éxito) a las autoridades que detentaban el poder en su país. Ya iré hablando de ellos en sucesivas entradas. Ahora, de momento, os dejo dos de sus piezas, que seguramente habéis escuchado cientos de veces (y alguna de ellas sin saber quién era su autor).