27.3.23

Chaikovsky: Marzo ("El canto de la alondra") y Beethoven

Una alondra
(Foto CC BY-SA Juan Lacruz)

Último lunes de marzo, toca pieza de Las estaciones de Chaikovksy. La dedicada a marzo lleva el título de El canto de la alondra, ese bichito alado que en nuestro país no suele migrar, pero que en la Europa oriental en la que vivió el compositor ruso sí que hibernaban en el sur y con la llegada de la primavera volvían hacia tierras más septentrionales. Aquí la tenéis, en una interpretación de garantías. Pero...


¿A qué viene el pero? A que ayer, 26 de marzo, se cumplieron 196 años de la partida de este mundo del genio de los genios, Beethoven...


Lo cierto es que estos días se ha hablado bastante de él, por el estudio que se ha hecho a partir de los mechones de su cabello que se conservan. Un estudio en el que se han descubierto las sopas de ajo, es decir, que se ha anunciado a bombo y platillo que murió por un problema hepático, como si eso no se supiera desde el año de Maricastaña. (No pongo aquí fragmentos de mi humilde Vida de Ludwig van Beethoven en los que se habla de ello porque casi me da corte). En fin, dejémonos de bobadas periodísticas y vamos a lo bueno, que es su música. Y qué mejor que una de sus obras capitales, la Eroica, interpretada por uno de los directores más importantes del siglo pasado, Otto Klemperer. A disfrutarla.




20.3.23

Sesquicentenario de Max Reger ("An die Hoffnung", Op. 124)

Max Reger en 1913

Ayer, 19 de marzo, se cumplieron 150 años del nacimiento de Max Reger, un compositor por el que siento una especial admiración que en ocasiones ha sido criticada por gentes que comparten mi afición por la llamada música clásica (un saludo si lee esto, Milord). A pesar de ello, yo persisto y he de reconocer que me fascina un autor que vivió siempre contra corriente. Primero, porque dio prioridad a la música de cámara en una época en la que lo que se llevaba era el sinfonismo (casi) desaforado. También dio prioridad a la música absoluta cuando los esfuerzos de muchos compositores se encaminaban a la música programática y a la ópera. Fue un compositor consciente de los cambios que se estaban produciendo en su tiempo (Schoenberg y sus discípulos), pero que decidió no seguir por ese camino. Además, su producción para órgano fue la más abundante y rica desde Bach. No voy a extenderme más; en este mismo blog dediqué varias entradas a Reger, en lo que se puede considerar una minibiografía (el primer mensaje lo publiqué en mayo de 2008 y el séptimo y último en febrero de 2009; quien tenga interés puede buscarlos en los archivos). Se me ha ocurrido traeros hoy, como ejemplo musical, su adaptación para voz y orquesta del poema An die Hoffnung (esto es, "a la esperanza", la que yo no pierdo en que alguien que lea esto se aficione a la obra de Reger) de Friedrich Hölderlin, con unos intérpretes excepcionales.


13.3.23

Lauritz Melchior como estrella de cine (en "Luxury Liner")

Lauritz Melchior con sus hijos

El próximo sábado, día 18, se cumplirán 50 años desde que Lauritz Melchior partió hacia su particular Walhalla. Nacido en Copenhague el 20 de marzo de 1890, estudió en su ciudad natal y se presentó con 23 años como el Silvio de Pagliacci. Cinco años después hizo lo que se podría considerar una segunda presentación, pues apareció como Tannhäuser y dio comienzo a su relación con el repertorio wagneriano, que lo llevó a ser el Heldentenor por excelencia. Se presentó en Bayreuth en 1924 como Siegmund y Parsifal, pero su carrera se desarrolló sobre todo en otros teatros, como el Metropolitan de Nueva York. Da la impresión de que no se llevaba muy bien con los nazis. Una de sus interpretaciones wagnerianas más comentadas es la grabación que realizó en junio de 1935 del primer acto de Die Walküre en Viena, con Bruno Walter a la batuta y acompañado de Emmanuel List, ambos judíos. Tras la guerra, Melchior participó en varias películas de Hollywood y el vídeo que os adjunto pertenece a una de ellas, Luxury Liner, de 1948, donde interpreta el "Winterstürme wichen dem Wohnemond" ante su esposa Maria Hacker.


6.3.23

Leonie Rysanek (con Astrid Varnay en un fragmento de "Elektra", de Richard Strauss)

Leonie Rysanek, óleo sobre lienzo de Heinz Anger (1962)
Publicado en el libro Der Maler Heinz Anger (1992) CC BY-SA

Mañana, martes 7 de marzo, se cumplirán 25 años del fallecimiento, a causa de un cáncer óseo, de Leonie Rysanek, una extraordinaria soprano austriaca. Nació en Viena el 14 de noviembre de 1926 y su presentación en el primer Festival de Bayreuth después de la segunda guerra mundial, el año 1951, causó sensación. Se hizo célebre por el grito que lanzaba en Die Walküre, intepretando el papel de Sieglinde, cuando Siegmund sacaba la espada Notung del árbol en que la había incrustado Wotan. Al parecer, fue una idea de Wieland Wagner que Rysanek adoptó como suya y que siempre reprodujo allá donde cantase esa Sieglinde.

Aparte de este importante papel wagneriano, Rysanek cantó otros en Europa y América: Agathe (Der Freischütz, de Weber), Arabella, Donna Anna, Senta, Leonora (de La forza del destino) y muchos más. Tras su aparición en ese primer Bayreuth "desnazificado" se unió a la ópera de Múnich, pero también se presentó en el Covent Garden en 1953 con la compañía de Múnich (como la protagonista de Der Liebe der Danae, de R. Strauss), en Estados Unidos en 1956 (en San Francisco, como la Senta de El holandés errante) y en 1959 en el Metropolitan de Nueva York como Lady Macbeth (sustituyendo a Maria Callas). En Bayreuth también interpretó otros papeles, como los de Elsa (en Lohengrin), Elisabeth (en Tannhäuser) o Kundry (en Parsifal).

Me encantan sus papeles wagnerianos, pero quizá en el que más me guste sea en el de Elektra (mi ópera favorita de Richard Strauss) en la grabación filmada que hizo bajo la batuta de Karl Böhm en 1980 y del que hoy os traigo un breve fragmento, en el que se enfrenta a su madre Clitemnestra, interpretada aquí por otro mito: Astrid Varnay.