31.1.07

Un repaso a mis ídolos: Wilhelm Kempff


Richter, Rubinstein, Arrau, Argerich, Barenboim... Nombres que hoy en día abundan más en mi fonoteca. Sin embargo, es a Wilhelm Kempff a quien elijo como primer pianista que aparece en los repasos a mis ídolos. ¿Por qué?

En mis primeros tiempos de aficionadillo yo sólo tenía interés por la música orquestal. Me parecía impensable escuchar un disco dedicado en exclusiva al piano, sin un apoyo orquestal. Fue Kempff quien me introdujo en el maravilloso mundo del piano. Yo ya conocía su versión de los conciertos para piano de Beethoven grabados con la Filarmónica de Berlín y Ferdinand Leitner; el primer álbum que tuve protagonizado por él (que aparece en la foto, por encima de la partitura de la Hammerklavier) se titula Las sonatas para piano predilectas y, la verdad, su adquisición tuvo algo de chusco.

Tiempo antes, me había comprado otro álbum doble con la Missa solemnis dirigida por Karajan. Ese álbum estaba defectuoso: en lugar de la cara 1, tenía repetida la cara 4, con lo cual me perdía nada menos que el Kyrie y el Gloria de la Misa. Como soy bastante corto, durante mucho tiempo callé y me aguanté, hasta que un día, pasados ya varios meses desde la desgraciada adquisición, se lo dije a mi padre, que tras ponerme de chupa de dómine agarró los discos (y a mí) y se dirigió a los grandes almacenes donde los había comprado. No pusieron ninguna pega para el cambio; el problema es que en ese momento no tenían otro igual, así que me dieron la opción de elegir otro álbum doble del mismo sello y la misma serie. Y fue el de Kempff.

Después me hice con algún que otro disco más con música de Beethoven por Kempff. En la era del CD ha aparecido menos, en favor de los otros pianistas que he citado al comienzo del mensaje; sin embargo siempre estará el primero de la lista cuando me pidan que cite pianistas favoritos. (El que aparezca menos no quita que haya conseguido algunas magníficas grabaciones suyas en CD, como pueden ser su antología de obras pianísticas de Schumann o su integral de las sonatas de Schubert).

No pueden faltar unos breves datos biográficos. Nació en la localidad alemana de Jüteborg el 25 de noviembre de 1895. Era hijo de un músico que ejercía su profesión en una iglesia luterana y que le guió en sus primeros pasos musicales. En 1904 ingresó en la Hochschule für Musik de Berlín y allí acabó los estudios tras pasar, en 1914 por el Viktoriagymnasium de Postdam. En 1915 realizó su primera gira como pianista y organista del coro de la catedral de Berlín y en 1918 inició su larga colaboración con la Filarmónica de la capital alemana. En las décadas de 1920 y 1930 compatibilizó giras de conciertos por Europa, Sudamérica y Japón con la enseñanza, como director de la Musikhochschule de Stuttgart (1924-29) y, posteriormente, como profesor de piano en el Mamorpalais de Postdam. Durante la guerra permaneció en Alemania y sus presentaciones en el Reino Unido y Estados Unidos fueron bastante tardías (1951 y 1964, respectivamente), aunque su intensa actividad de grabación con el sello Deutsche Grammophon ya había establecido su reputación como fino intérprete, especialmente del romanticismo germánico, en aquellos países.

Kempff también se dedicó a la composición, con dos sinfonías, cuatro óperas, canciones y obras para piano. Murió en la localidad italiana de Positano el 23 de mayo de 1991.

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22.1.07

Las sinfonías de Beethoven: La Novena (II)


En este segundo texto voy a escribir sobre el concierto en el que se estrenó la Novena, que tiene una historia un tanto chusca. En el anterior dejamos la obra ya terminada, en febrero de 1824. Desde entonces y hasta su estreno, en mayo de ese mismo año, se sucedieron una serie de hechos que merece la pena relatar. Para ello voy a pedir ayuda a los siempre muy documentados Massin.

En ese momento (febrero de 1824) Beethoven tenía dos grandes obras concluidas e inéditas: la Missa solemnis y la Novena. El estreno de composiciones tan colosales era bastante problemático; Beethoven se dirigió a la Musikverein de Viena para ello, pero recibió una negativa a la par que un reproche por no haber escrito un oratorio que les había prometido y por el que ya había recibido algún dinero. Ante este rechazo, miró hacia Berlín, donde sus músicos aceptaron de inmediato el encargo. Beethoven proyecta en ese momento abandonar Viena para establecerse en Inglaterra. Ya en 1809 había anunciado algo similar; en ese momento las cabezas visibles de la aristocracia vienesa se habían movilizado para evitar la espantada. Ahora ocurrió algo parecido; grandes nombres de la nobleza publicaron una lisonjera carta que, aunque hizo cambiar de opinión a Beethoven, no le reportó beneficio económico alguno.

Beethoven, por tanto, decició quedarse en Viena y estrenar allí sus dos colosales obras. Se le ofreció el Theater-an-der-Wien, pero rechazó la oferta porque no se le permitió contar con los únicos músicos en los que él confiaba, Umlauf y Schuppanzig. Por tanto, tiene que aceptar que el estreno se realice en el Kärntnertortheater, mucho más pequeño y con unas condiciones económicas peores. Tras muchos tiras y aflojas, se fija la fecha del 7 de mayo para el estreno. Aún hay que vencer la oposición de la censura, que no ve con buenos ojos la interpretación de una misa en un teatro. La solución es presentar sólo el Kyrie, el Credo y el Agnus Dei como “tres grandes himnos”. El cartel del estreno queda, por tanto, así:

Gran concierto musical del señor L. van Beethoven, que tendrá lugar mañana, 7 de mayo de 1824, en el Teatro de la Corte Imperial y Real cerca de la Puerta de Carintia.

Las composiciones que serán ejecutadas son las obras más recientes del señor Ludwig van Beethoven.

Primero: Gran obertura
(fue La consagración del hogar, Op. 124)

Segundo: Tres grandes himnos, con solistas y coros.

Tercero: Gran sinfonía, con la entrada al final de solistas y coros sobre el lied de Schiller a la Alegría

Las partes solistas serán cantadas por las señoritas Sontag y Unger y los señores Haizinger y Seipelt. El señor Schuppanzig dirigirá la orquesta; el señor kapellmeister Umlauf dirigirá todo el conjunto y la Musik Verein ha tenido la cortesía de reforzar los coros y la orquesta.

El señor Ludwig van Beethoven en persona tomará parte en la dirección de toda la orquesta.


El estreno es un tremendo éxito. Incluso hay problemas policiales porque se está aplaudiendo más que lo que el protocolo dicta para la familia imperial. Beethoven, totalmente sordo ya, no se entera de nada; es Karoline Unger quien tiene que volverle de cara al público para que responda a los frenéticos aplausos (¿se han inspirado en ella para esa absurdez de Copiando a Beethoven?). Mucho éxito, pero un fracaso económico. Los resultados deprimen a Beethoven, a pesar de lo cual da un banquete a sus amigos, que acaba, gracias al habitual mal humor del genio, como el rosario de la aurora. Lo único positivo es que al menos, tras esa cena, Beethoven despide al impresentable de Anton Schindler, que apenas volverá a molestar a Beethoven en lo que le queda de vida (aunque sí lo hará póstumamente, apropiándose indebidamente de muchos documentos del compositor, entre ellos los "cuadernos de conversación", de los que hará desaparecer unas dos terceras partes; también "extravió" toda la documentación que no le fuese útil en la biografía que preparó, en la que se quiso mostrar como el personaje más influyente en los últimos años de Beethoven. ¿Se nota que me cae mal?)

(La foto que encabeza este texto está ahí por dos razones: por un lado para demostrar que voy mejorando un poquito en mi uso de la cámara digital y por otro porque tiene mucho que ver con el ejemplito que aparecerá en el foro, en el hilo ya existente sobre la Novena)

15.1.07

Raros y rarezas: George Enescu



(De entrada, pido disculpas por la mala calidad de la foto: me acaban de traer los Reyes la cámara digital y está visto que aún no la domino bien. Todo se andará...)

Otra vez podría preguntarse alguien: "¿raro George Enescu?" Muy conocido no es que sea, pero tanto como raro... No quito una parte de razón a quien piense esto, pero me extrañaría sobremanera que entre la audiencia hubiese alguien que me pudiera citar más de diez obras de Enescu. Siendo más generoso, diría que incluso más de cinco...

Por eso lo he puesto entre mis "rarezas", porque en mi fonoteca conservo 19 obras del gran compositor y violinista rumano. La verdad es que conocí su música casi por casualidad, de esas veces que uno pone la radio y escucha una música que le cautiva, esas veces que casi estás deseando que termine la pieza para que te digan lo que es. En este caso, se trataba del hiperromántico tercer movimiento de su Sinfonía nº 3.

Como siempre, unos breves datos biográficos tomados de AllMusic. Nació en Liveni-Virnav el 19 de agosto de 1881. A los cuatro años le regalaron un violín y empezó a tomar lecciones; muy aplicado debió de ser pues al año siguiente ya componía música. En 1888 ingresó en el Conservatorio de la Sociedad de Amigos de la Música de Viena y se presentó como solista de violín en 1889. En 1894 abandonó el conservatorio y con sólo 13 años de edad ya se le contemplaba como un perfecto virtuoso, a pesar de lo cual marchó a París para seguir sus estudios en el Conservatorio de la capital francesa. En 1897 se estrenó públicamente por primera vez una de sus obras. La que él consideraba como su primera pieza madura, el Poema Rumano Op. 1 se presentó al año siguiente.

Fue un prestigioso intérprete de música de cámara; tocó frecuentemente con Alfred Cortot y formó parte de dos conjuntos: un trío con Louis Fournier y Alfredo Casella y del cuarteto Enescu. Nunca olvidó su país, donde fundó una orquesta en la ciudad de Iasi y donde estableció en 1912 el premio internacional "George Enescu" de composición, muchas de cuyas obras ganadoras estrenó personalmente. Se presentó en Estados Unidos en 1923 y allí tomó como alumno a un prometedor joven que respondía al nombre de Yehudi Menuhin. Otros de sus alumnos fueron Arthur Grumiaux o Christian Ferras. Pasó la segunda guerra mundial en su país; cuando acabó el conflicto marchó a Estados Unidos para no volver nunca a su tierra. En 1950 se estableció en París, donde en 1954 sufrió un ataque que le dejó paralizado hasta su muerte, en aquella ciudad, el 3 de mayo de 1955.

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9.1.07

Un repaso a mis ídolos: Musica Antiqua Köln y Reinhard Goebel


El pasado año recibimos la noticia de la disolución del conjunto Musica Antiqua Köln, que dirigido por Reinhard Goebel se había convertido tras más de treinta años de trayectoria en uno de los referentes dentro de la llamada interpretación musical históricamente documentada. Quedará su legado discográfico, ingente, para disfrute de aficionados a la música llamada barroca y también para muchos que no lo son. Goebel y los suyos fueron parte de esa "segunda generación" de intérpretes que, tras la estela de pioneros como Harnoncourt, Brüggen, Leonhardt o Bijlsma, llevaron el historicismo a unas cotas de calidad elevadísimas.

De su página Web saco algunos datos. El violinista Reinhard Goebel fundó Musica Antiqua Köln en 1973 con el propósito de no sólo interpretar la música barroca con instrumentos originales y con criterios historicistas, sino además para recuperar repertorios olvidados (Heinichen, Veracini). Sin embargo, tampoco hicieron ascos a obras mucho más trilladas como puedan ser las suites orquestales o los conciertos de Brandemburgo de Bach. La fama les vino tras su presentación en el Queen's Elizabeth Hall de Londres en 1979, aunque su contrato exclusivo con el sello Archiv Produktion data de un año antes. Hasta 1983 fue más bien un grupo de cámara; desde entonces se convirtió en una verdadera orquesta que empezó a interpretar obras para conjuntos instrumentales más amplios.

El conjunto ha sido cantera de músicos que luego han logrado hacerse un hueco como solistas: Hajo Baß, Andreas Staier, Manfredo Kremer, Charles Medlam, Jaap ter Linden, Wilbert Hazelet... En 1990 Goebel tuvo que dejar de tocar el violín a causa de una extraña lesión en la mano, aunque no dejó la dirección del conjunto. Tras recuperarse volvió a tocar (¡como violinista zurdo!), pero a decir de los expertos lo mejor que dio este grupo de sí estuvo antes de la desgraciada lesión. Finalmente, a mediados de 2006 se anunció la disolución definitiva de Musica Antiqua Köln, cuyos conciertos de noviembre de 2006, dirigidos por Ilia Korol (Goebel no pudo asistir por motivos de salud), fueron los últimos. Si la página Web citada no se equivoca, la despedida se produjo el 20 de noviembre de 2006 en Duisburgo, con un concierto titulado Johann Sebastian Bach und seine Zeit (Johann Sebastian Bach y su tiempo)

Goebel, nacido en Siegen, Westfalia, el 31 de julio de 1952, estudió primero en el conservatorio de Colonia con Franz Josef Maier (director del Collegium Aureum) y luego en la Folkwangschule de Essen con Sashko Gawriloff (especialista en música contemporánea). Completó su preparación con Eduard Melkus y Marie Leonhardt antes de formar, con antiguos compañeros del conservatorio renano, el grupo que aquí nos ha ocupado.

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