22.3.21

Bartók: "El castillo de Barbazul" Op. 11 - BB 62

Bartók con los protagonistas del estreno de la ópera en Budapest (1918):
Olga Haselbeck (Judith), Oszkár Kálmán (Barbazul) y Desző Zádor (director de escena)

Bartók escribió tres obras para la escena: dos ballets y una ópera. Su única ópera se titula A kékszakállú herceg vára, esto es, El castillo de Barbazul. Fue compuesta en el año 1911 y revisada en dos ocasiones, en 1912 y 1917-18; finalmente se estrenó el 24 de mayo de 1918 en la Ópera Real de Budapest. Es una obra breve, con solo dos personajes (si no contamos al narrador que introduce la historia), que está muy influida por el Pelléas de Debussy, pero también acusa las de Wagner (algún leit-motiv hay por ahí) y Richard Strauss (en la orquestación). Está basada en el cuento clásico de Perrault y narra la historia de Judith, cuya curiosidad le hace ir abriendo puerta tras puerta en el castillo de su recién estrenado esposo, Barbazul, hasta que se encuentra con su perdición. Es una obra que tal vez mereciera ser más conocida; desde el principio sufrió la incomprensión y fue rechazada en dos ocasiones (en 1911 y 1912) por "inejecutable". Hoy en día quizá se conozca más pero no es precisamente de las más populares: dura poco y es muy exigente desde todos los puntos de vista.

15.3.21

Bartók: Cuarteto de cuerda n.º 3 BB 93

 


Se suele decir que el grupo de seis cuartetos de cuerda que compuso Béla Bartók entre 1908 y 1939 es el más importante desde los de Beethoven. Ignoro si el gran compositor húngaro estaría de acuerdo. Él nunca consintió en encuadrarse en ninguna de las corrientes dominantes de su época y desarrolló su carrera lejos de los centros musicales más importantes. Defendió de forma acérrima su libertad en este aspecto y también en otros, lo cual le llevó a enfrentarse a los diversos regímenes totalitarios que empezaron a proliferar por Europa y que al final lo condenaron a un triste exilio en Estados Unidos. Mucha relación tiene con ese país la pieza que hoy os traigo, el Cuarteto n.º 3, pues fue un encargo de la Musical Fund Society de Filadelfia y en aquella ciudad se estrenó en 1928.




8.3.21

Bartók: 44 dúos para dos violines BB 104 (selección)

 

Béla Bartók en 1927

Una de las facetas más importantes de Béla Bartók es la de pedagogo. Nos dejó importantes obras de este tipo, algunas más difundidas que otras. Quizá su Mikrokosmos, para piano, un conjunto de 153 piezas distribuidas en seis libros, escritas entre 1926 y 1939, sea la más célebre. También compuso Para los niños con la misma intención, en este caso 79 piezas para piano en cuatro volúmenes que datan de entre 1908 y 1945, el año de su muerte. La tercera de estas grandes composiciones pedagógicas, quizá la menos conocida, son los 44 dúos para dos violines, de 1931-32, de la que extrajo algunas piezas para crear nuevas obras (como la Petite suite para piano BB 113) y que tenía la misma intención que las anteriores, en todos los casos aprovechando las músicas populares de diferentes países que fue recopilando en su labor como folclorista. Aquí os traigo una pequeña selección.


1.3.21

Bartók: Concierto para violín nº. 1 BB 48a

 

Béla Bartók en 1899

Los fastos beethovenianos de 2020 (y la puñetera pandemia, que también ocupó su espacio) nos impidieron celebrar otros acontecimientos. Uno de los más importantes, quizá, fue el 75 aniversario de la muerte de Béla Bartók, que teníamos que haber recordado el 26 de septiembre del año pasado. Bartók, uno de los músicos más importantes del siglo XX, fue, además de compositor, pedagogo e infatigable recopilador de melodías populares del centro de Europa, Anatolia y el norte de África. No es de extrañar este gusto por lo popular de muchas culturas diferentes, teniendo en cuenta que nació en lo que se podría considerar un crisol de culturas. Su localidad natal se llamaba Nagyszentmiklós cuando vino al mundo el 25 de marzo de 1881 y formaba parte de Hungría; hoy es la ciudad rumana de Sânnicolau Mare. Bartók, que desde muy pronto mostró dotes musicales, recibió sus primeras lecciones de su madre. En Bratislava, fue discípulo de László Erkel antes de trasladarse a Budapest para proseguir sus estudios. Allí conoció a Zoltán Kodály, con quien emprendió su primera expedición recopilatoria de músicas y cantos populares. Por entonces ya había compuesto bastante música, influida por el tardorromanticismo de Richard Strauss con Liszt y Wagner en la recámara. De esa primera época es la obra que os traigo aquí, el primer Concierto para violín, escrito en 1907-08, una vez concluido ese periplo de exploración folclórica que os he mencionado. En palabras de Paul Griffits, este concierto es un "adiós al compositor romántico tardío que Bartók había sido en su juventud", y también a la violinista Stefi Geyer, de quien estuvo enamorado y para quien compuso la pieza. Aquí lo tenéis, interpretado nada menos que por Isaac Stern: