28.11.22

Brahms: Sonata para piano n.º 1 en do mayor Op. 1

Brahms en 1853

De la producción de Brahms para el piano, tal vez sean más conocidos los conjuntos de piezas que compuso al final de su vida (sobre todo los Opp. 116-119); al comienzo de su carrera atacó las formas heredadas, hasta el punto que la primera obra que lleva un número de opus es una sonata, la que precisamente os traigo hoy. Es una obra de 1852-53, dedicada a Joseph Joachim y muy influida por Beethoven, Schubert y Schumann. Que la disfrutéis.


21.11.22

Brahms: Cuarteto de cuerda n.º 3 en si bemol mayor Op. 67


Me he propuesto, en estas entradas que voy a dedicar a Brahms, traer música que no sea demasiado conocida. Su producción de cámara es bastante importante, pero no deja de resultarme curioso que se prodigase tan poco en una combinación que algunos consideran la "reina" de este género musical: el cuarteto de cuerda. ¿Eran muy alargadas las sombras de Haydn, Mozart y, sobre todo, Beethoven? Quién sabe... El caso es que Brahms solo nos legó tres cuartetos, los tres escritos en la primera mitad de su carrera creadora. Los dos cuartetos Op. 51 datan de 1873; al parecer había compuesto (y destruido) unos veinte antes de sacar a la luz estos. El tercero, que es el que os traigo hoy, es de 1875; lo estrenó el cuarteto de su amigo Joseph Joachim el 30 de octubre del año siguiente. Nunca volvió a escribir cuartetos y estos tres que compuso no están precisamente entre sus obras más citadas y escuchadas. Disfrutadlo en una versión de garantías.


14.11.22

Brahms: Obertura "Académica" Op. 80


Entre las obras orquestales de Brahms se cuentan cuatro sinfonías, cuatro conciertos, dos serenatas y dos oberturas. Hoy os traigo una de estas últimas, la Obertura para un festival académico. En 1880 la Universidad de Breslau (hoy Wroclaw, en Polonia) nombró a nuestro compositor doctor honoris causa y, en agradecimiento, escribió esta obra rapsódica que incluye varios cantos estudiantiles y culmina con el himno Gaudeamus igitur. No deja de llamarme la atención que cuando me hice con la primera grabación de esta obra, el comentarista indicase (en 1978) que estaba empezando a "acumular polvo", es decir, a olvidarse. Si es así, me complazco al darle algo de difusión, ya que es una pieza bastante animada y alegre a pesar de estar en tono menor. Aquí la tenéis, bajo la batuta de Leonard Bernstein.


 

7.11.22

Brahms: "Rinaldo", Op. 50

 

Mi ejemplar de las obras completas de Brahms

He de confesar que con mi batiburrillo mental y, a pesar de que creo tener todo controlado, hay cosas que se me pasan. Con respecto a este blog, en el que últimamente tengo muy en cuenta las celebraciones redondas, he de lamentarme de un terrible olvido. El pasado día 3 de abril se cumplieron 125 años de la muerte de Johannes Brahms. Sí, quizá no es tan redondo como otros aniversarios, pero creo que el personaje merecía una mejor atención.

Y eso que Brahms es un compositor que me caía mal. Prejuicios y errores. Empecemos con los prejuicios. Quien me conoce sabe que para mí Beethoven es Dios y, cuando era más joven, inexperto e impetuoso, no podía consentir que nadie cuestionase su divinidad. En cierta ocasión escuché hablar a la célebre pianista Paloma O'Shea sobre los conciertos para piano de Brahms y lo que dijo me escandalizó, pues indicó que eran el culmen del género. ¿Y los cinco de Beethoven? Solo más adelante, cuando yo mismo descubrí que lo mejor del piano del genio de Bonn no estaba precisamente en esos conciertos (y cuando empecé a disfrutar de los de Brahms) me di cuenta de ese error juvenil.

El error. Pensé que Brahms era un conservador, un compositor un tanto desfasado. Qué él y su amiguete Hanslick hicieron lo posible por fastidiar a genios innovadores como Wagner, Mahler o Bruckner. Pero luego supe (entre otras cosas) que nada menos de Schoenberg consideró a Brahms como un gran innovador (escribió un ensayo titulado Brahms el progresista) y, ¿quién soy yo para cuestionar a la cabeza visible de la Segunda Escuela de Viena?

Para purgar todas estas faltas voy a dedicar las siguientes entradas a don Johannes. Y voy a empezar con una de sus obras menos conocidas. Siempre se ha dicho que Brahms cultivó todos los géneros musicales salvo la ópera. Pues lo que hoy os traigo es lo más cercano a la ópera que compuso. Se trata de la cantata Rinaldo, Op. 50, basada en un texto de Goethe, que se estrenó en febrero de 1869. Los comentaristas no suelen decir cosas muy bonitas de ella ("debilidad dramática", "mediocridad" como la de obras análogas de Bruch, "interés secundario"; cfr. la "guía Scherzo" sobre el compositor, escrita por Arturo Reverter). A ver que os parece... (La versión tiene buena pinta: James King, Claudio Abbado; yo la conozco por Kollo-Sinopoli).