31.12.16

Johann Strauss (hijo): Obertura de "El murciélago"

Tengo que entonar el "mea culpa" por haber tenido tan abandonado este blog en los últimos tiempos. Espero enmendarme en el año que comienza esta medianoche y para ello cierro 2016 con la obertura de una opereta de Johann Strauss hijo que se suele representar en Viena el día de Nochevieja. Yo también me he tomado por costumbre, desde que dispongo de una grabación de la obra, disfrutarla en este día tan especial y por eso traigo aquí su obertura, interpretada por el mismo director de mi grabación, el Herbert von Karajan de los buenos tiempos. Que lo disfrutéis y feliz entrada y salida de año.

10.10.16

Sibelius: "Tapiola"

Buscando qué poner para intentar devolver la vida a esta bitácora que últimamente tengo un poco abandonada, he reparado que este fin de semana he escuchado bastante a Sibelius. Así que va a ser él quien intente remediar el desaguisado. Os traigo una de sus obras tardías y de las más impresionantes, Tapiola, en algunos de cuyos clímax creen ver ciertos comentaristas el "cataclismo" que llevó al compositor finlandés a un silencio de treinta años que incluyó la destrucción de su Octava Sinfonía.

5.9.16

Liszt: Sinfonía "Dante"

Tras la pausa veraniega y ante las temperaturas ardientes que nos está ofreciendo este comienzo de septiembre, no sé por qué se me ha venido a la cabeza esta obra de Liszt basada en la Divina comedia de Dante. Una pieza en dos movimientos (sólo retrató el Infierno y el Purgatorio persuadido por Wagner de que no había forma humana de describir el Paraíso con música) que al principio hace una cita musical de los versos del poema inmortal del florentino que reproducen lo que está escrito en las puertas del Infierno:

Lasciate ogni speranza, voi ch'entrate...




13.6.16

Mahler: "Des Antonius von Padua Fischpredigt"

Uno de los poemas de Des Knaben Wunderhorn a los que puso música Gustav Mahler, "El sermón de Antonio de Padua a los peces", está relacionado, como indica su título, con el popular santo que se celebra hoy, 13 de junio. Cuenta la tradición que hallándose el santo en Rímini intentó predicar ante una muchedumbre  que no fue muy receptiva a sus enseñanzas, de modo que, harto de no ser escuchado e inspiración divina mediante, se fue a la desembocadura de un río y empezó a dar un sermón a los peces, que se acercaron y escucharon con atención lo que San Antonio les decía. No contentas con eso, las criaturas marinas se pusieron a alabar a Dios, de modo que los infieles que tan poco caso habían hecho antes a San Antonio se convirtieron en masa. Mahler hizo una gran canción con el texto poético que recoge esta tradición y no sólo eso, sino que luego la utilizó como base del tercer movimiento de su Segunda Sinfonía. Aquí os la dejo con unos intérpretes de primer orden.

6.6.16

Beethoven: Variaciones Diabelli (Arthur Schnabel)

Hace ya demasiado tiempo que no actualizo este blog y, para reparar esa falta, voy a intentar volver a lo grande, con una de las obras pianísticas capitales del genio de los genios. Una obra en la que sacó todo, absolutamente todo de un breve vals arquetípico de la época Biedermeier. Os la dejo en la versión de un pianista que fue el primero en intentar eliminar todos los pegotes románticos que se habían adherido a lo largo del siglo XIX a las obras de Beethoven, Arthur Schnabel.

25.4.16

Busoni: Concertino para clarinete Op. 48

Seguimos de aniversarios, pues este año se cumplen 150 del nacimiento de Ferruccio Busoni, un compositor muy peculiar. Aunque italiano de nacimiento, desarrolló toda su carrera en Alemania y se le puede considerar más germánico que mediterráneo. Abogado de la vanguardia musical, sin embargo nunca se alejó de la tonalidad. Fue un gran virtuoso del piano y gran parte de su obra la consagró a ese instrumento; a pesar de ello hoy os traigo su Concertino para clarinete y orquesta de cámara, escrito en 1918, es decir, tres años antes de su muerte.

11.4.16

Granados: Valses poéticos

El pasado día 24 de marzo se cumplió el centenario de la muerte de Enric Granados, muerte que encontró intentando salvar a su esposa de un naufragio causado por el torpedo de un submarino alemán. Parece mentira, pero es un compositor muy desconocido, tal vez a causa de la exagerada popularidad de alguna de sus obras, como Goyescas. Gran parte de su producción sigue inédita y, si hacemos caso al Grove, ni siquiera existe un estudio detallado de su vida. Lo que os traigo hoy no es que sea del todo desconocido, pero tampoco es de lo más escuchado del leridano. Interpreta Alicia de Larrocha.

4.4.16

Reger: Trío para cuerdas en re menor Op. 141b

Tras la etapa de Meiningen, Reger se trasladó a Jena en el verano de 1915; era una ciudad tranquila y apacible en la que desarrolló una nueva forma de hacer música a la que él mismo denominó "estilo libre de Jena", menos radical, elegíaco, aunque no se pueda decir que estas obras estén impregnadas de paz. Los primeros meses fueron también tranquilos en su vida, pero todo esto cambió cuando empezó la temporada de conciertos, en octubre de 1915. Se embarcó entonces en otra de sus agotadoras giras por Alemania y los Países Bajos, dificultada por los problemas que para los viajes suponía la guerra, y todas las semanas acudía a Leipzig a dar clases en su Universidad. El 10 de mayo de 1916 se encontraba en esa ciudad; al día siguiente tenía previsto dar un concierto a beneficio de la Cruz Roja en Wittenberg. Sin embargo, un ataque al corazón acabó con su vida la madrugada del 11 de mayo. Al morir, su prestigio era enorme: recibió homenajes en toda Alemania e incluso en Rusia, un país que estaba en guerra con el suyo. Os dejo, como culminación de estos mensajes dedicados a Reger en su centenario, una de las obras representativas de este "estilo libre de Jena", su trío para cuerda Op. 141b.

29.2.16

Max Reger: Suite romántica, Op. 125

Entre 1911 y 1915 Reger dirigió la orquesta de Meiningen, un conjunto que tal vez no suene mucho hoy en día, pero que en aquella época era de los más importantes de Alemania. Había sido fundada por Hans von Büllow y entre sus directores había contado también con Richard Strauss. Reger se lanzó a un trabajo que se podría considerar frenético; se sentía bastante constreñido en la provinciana capital del ducado y realizó agotadoras giras en las que obtuvo bastantes éxitos no sólo como director, sino también con sus obras. Eso no impidió que ese exceso de trabajo le hiciese de nuevo refugiarse en el alcohol y llegase a sufrir un grave ataque en febrero de 1914. La muerte de su patrón, el duque Jorge II, y el estallido de la primera guerra mundial supusieron el fin de su estancia en Meiningen. La orquesta fue disuelta por el nuevo duque y Reger se marchó a Jena. Hoy os traigo una de las primeras obras que compuso en Meiningen, la Suite romántica, basada en poemas de Eichendorff y muestra de que en esta época empezó a alejarse de la música absoluta y se basó en ideas extramusicales para algunas de sus obras.

22.2.16

Max Reger: Concierto para piano en fa menor Op. 114

Entre 1907 y 1911 Reger vivió en Leipzig. Fue una época de grandes contrastes: no abandonó la música de cámara pero se dedicó con más intensidad a la sinfónica. Entró en contacto con gente que se convirtió en importante valedora de su música (los hermanos Busch, Henri Marteau) pero siguió recolectando enemigos entre los críticos. Adoptó a dos hijas y fue feliz en su vida familiar, pero el alcohol siguió minando su salud. Los estrenos de sus obras solían ser grandes fracasos, pero se celebraron varios festivales dedicados a su música que le colocaron en la cúspide de la fama. Cuando la situación en aquella ciudad se acercaba a lo insostenible, llegó la providencial llamada del duque Jorge II de Sajonia para dirigir la orquesta de Meiningen. Hoy os traigo una obra de este periodo, el Concierto para piano en la menor, escrito en el verano de 1910 para la pianista Frieda Kwast-Hodapp, que lo estrenó en diciembre de ese mismo año bajo la batuta de Arthur Nikisch.

15.2.16

Max Reger: Sinfonietta Op. 90

Reger vivió en Múnich entre 1901 y 1907. Fueron años fecundos y repletos de acontecimientos. Por un lado, se produjo su salto a la fama, desde 1904 y por otro se fue ganando la enemistad (porque la hostilidad de partida ya la tenía) de la mayor parte de los críticos musicales de la capital bávara. En esta época también se casó con Elsa von Bagenski, a pesar los reparos de la católica familia de Reger a tratarse de una protestante divorciada. Aunque Reger siguió componiendo para el órgano y mucha música de cámara, en esta época de Múnich también se dedicó a la música sinfónica. Luchó durante varios años con su Sinfonietta, cuyo estreno muniqués -dirigida por Felix Mottl- se convirtió en un escándalo que llegó a degenerar en peleas a puñetazo limpio frente a la casa de Rudolf Louis, uno de los críticos más influyentes de Múnich. Es la pieza que os traigo hoy.

8.2.16

Max Reger: Allegro affabile (Sonata para clarinete en fa sostenido menor Op. 49 nº 2)

Reger pasó tres años en Weiden recuperándose (1898-1901). Fueron tiempos de actividad febril, en los que no dejó de componer para el piano, el órgano y abundante música de cámara. Se dedicó, asimismo, a buscar editor para sus obras, tarea ardua sin duda, a pesar del apoyo de grandes figuras como Richard Strauss. Karl Straube no dejó de estrenar las piezas para órgano que iba componiendo y empezaron a llegar algunas críticas favorables, sobre todo de Múnich, lo cual preparó el camino para el traslado de Reger a la capital de Baviera. La pieza, uno de cuyos fragmentos os traigo hoy, es una muestra más de la admiración que sentía Reger por Johannes Brahms. Fue escrita en 1900, poco después de que Reger escuchase la sonata para clarinete Op. 120 nº 1 del hamburgués.

1.2.16

Max Reger: Passacaglia de la Suite para órgano Op. 16

En su época en Sondershausen y Wiesbaden (1890-98) Reger llevó una vida frenética. Siguió siendo a la vez alumno y profesor del conservatorio, empezó a publicar sus obras recomendado no solo por su maestro Riemann, sino también por Richard Strauss, a quien conoció por entonces (al igual que a Ferrucio Busoni, Felix Mottl o Eugen d'Albert). De todos modos, sus obras seguían encontrándose con una fuerte oposición (la que os traigo hoy le valió el calificativo de "terrorista musical"). El estrés del trabajo (empezó a actuar como concertista en estos años) y una mala experiencia en el servicio militar -donde le apareció una dolorosa úlcera en el cuello-, le llevó a caer presa del alcohol y el tabaco, que le llevaron a una situación lamentable. Al final, en junio de 1898, consintió que su hermana Emma le llevase a Weiden a recuperarse, a casa de sus padres. No todo fue malo en este periodo, sin embargo. Reger conoció a Elsa von Bagenski, que se acabaría convirtiendo en su esposa, se publicaron los primeros artículos elogiosos sobre su obra y empezó su relación de amistad con el organista Karl Straube, uno de los mayores defensores de su música, especialmente la mucha que compuso para el órgano. Hoy os traigo la Passacaglia con la que termina su Suite para órgano nº 1, Op. 16, obra de 1895.

25.1.16

Max Reger: Allegro scherzando (Sonata para violín y piano nº 1, Op. 1)

La idea inicial de la familia de Reger fue que se convirtiese en maestro de escuela, como su padre, Joseph Reger. Sin embargo, viendo sus cualidades musicales, no pusieron objeciones a que Adalbert Lindler, un antiguo alumno de Joseph que ejercía como maestro de música en Weiden, le diera clases de piano. Fue una visita a Bayreuth, en 1888, la que le convenció de que su vocación era la musical y, después de un prolongado tira y afloja, su padre consintió que ingresase en el Conservatorio de Sondershausen y posteriormente en el de Wiesbaden, donde su maestro principal fue Hugo Riemann (que fue, dicho sea de paso, uno de los encargados de acabar la magna biografía de Beethoven que dejó inconclusa Alexander W. Thayer). Su primera obra publicada, la Sonata para violín y piano en re menor (1890), de la que os traigo un fragmento (el segundo movimiento), impresionó tanto a su maestro que le recomendó para que él mismo fuese profesor de piano. La pieza se estrenó de forma fragmentaria en marzo de 1891 y, lo que será habitual, no causó buena impresión. A ver qué os parece.

18.1.16

2016: Año Reger (Suite para violonchelo solo nº 1)

Seguro que este año que acaba de comenzar verá muchas efemérides musicales importantes. Lo cierto es que aún no me ha dado lugar a repasarlas, sobre todo porque una me interesa sobre todas las demás: el próximo 11 de mayo se cumplirán 100 años de la muerte de Max Reger (1873-1916), un compositor al que admiro especialmente y que es bastante poco conocido (y quienes lo conocen, no suelen hablar muy bien de su obra). Yo creo que merece la pena dar un repaso a su  obra y eso es lo que pretendo hacer durante las próximas semanas, con ejemplos musicales de la vasta obra de Reger correspondientes a cada época creadora. (Hace algunos años publiqué una minibiografía de Reger que se puede consultar en esta misma bitácora). Como aperitivo, una pieza que muestra su admiración por Bach, su primera suite para violonchelo solo, Op. 131c nº 1 (escrita a comienzos del otoño de 1914) en una interpretación debida al mítico Emmanuel Feuermann.