18.1.21

Los últimos cuartetos de Beethoven (Cuarteto de cuerda en mi bemol mayor Op. 127)

 

El príncipe Nikolai Borisovich Golitsin (1794-1866)

Los últimos cuartetos de Beethoven

Es bastante sabido que Beethoven dedicó los últimos años de su carrera creadora a la composición de cuartetos. El resultado son cinco obras maestras adelantadas a su tiempo y piedra de toque para cualquier conjunto de cámara que se precie. Pero, ¿cuál fue el acicate de tal efusión? Aquí os lo cuento, como siempre aprovechando un pasaje de mi Vida de Ludwig van Beethoven (pp. 282-284):

El 9 de noviembre de 1822 Beethoven recibió la siguiente carta proveniente de San Petersburgo: 
Monsieur!
Me tomo la libertad de escribirle, como alguien que es tan apasionado aficionado musical como gran admirador de su talento, para pedirle si no consentiría en componer uno, dos o tres nuevos cuartetos, trabajo por el que con gusto le pagaré lo que considere usted oportuno. Aceptaré la dedicatoria con gratitud. Hágame saber a qué banquero he de dirigir la suma que desee usted obtener. El instrumento que cultivo es el violonchelo. Espero su respuesta con la más viva impaciencia. Tenga la bondad de dirigirme su carta como sigue
Al príncipe Nicolas de Galitzin en San Petersburgo al cuidado de Messrs. Stieglitz y Cía, banqueros.
Le ruego acepte la seguridad de mi gran admiración y mi enorme respeto.
Príncipe Nicolas Galitzin 
¿Quién era este príncipe Galitzin o, mejor dicho, Nikolai Borisovich Golitsin? Era un joven aristócrata ruso (por entonces de 27 años de edad), perteneciente a una de las más nobles familias del imperio de los zares, que tenía bastante relación con Viena, ya que un pariente suyo, Dimitri Mijailovich Golitsin, había sido embajador de Rusia ante la corte de Viena durante casi 30 años y él mismo había vivido en la capital imperial entre 1804 y 1806. Era un gran violonchelista aficionado y gustaba de interpretar música de cámara, por lo cual no es extraño que solicitase al más importante compositor de la época que le suministrase música que pudiera tocar y disfrutar. La respuesta que le dio Beethoven data del 25 de enero de 1823: 
¡Alteza!
No habría dejado de contestar a vuestra carta del 9 de nov[iembre] antes si la multitud de mis asuntos no me hubiese impedido escribiros. Es un gran placer para mí encontrar que Vuestra Alteza está interesado en obras de mi creación. Deseáis tener algunos cuartetos; como veo que cultiváis el violonchelo, tendré cuidado de daros satisfacción en este aspecto. Dado que estoy obligado a vivir de los productos de mi mente, he de tomarme la libertad de fijar el honorario por un cuarteto en 50 ducados. Si esto os place, os ruego me informéis pronto y que dirijáis esta suma al banquero Henikstein de Viena; me comprometo a finalizar el primer cuarteto a finales del mes de febrero o como muy tarde a mediados de marzo.
Al expresaros mi real interés en vuestro talento musical, agradezco a Vuestra Alteza los respetos que habéis tenido a bien señalar, al elegirme para incrementar, si es posible, vuestro amor por la música. Tengo el honor de ser
el más humilde servidor de Vuestra Alteza
Louis van Beethoven 
A pesar de que esta propuesta sin duda impulsó su idea de componer cuartetos, Beethoven ya la estaba considerando antes. En la citada carta a Peters del 5 de junio de 1822 le pide 50 ducados «por un cuarteto para dos violines, viola y violonchelo, que también podría tener muy pronto» y un mes después, el 6 de julio, dice al mismo editor que «en cuanto al cuarteto con violín, que aún no está terminado del todo, porque algo se ha interpuesto, sería difícil para mí reducir el honorario que le pido por esta obra», lo cual parece indicar, aunque es improbable, que ya por entonces pudiera estar trabajando en lo que después se convertiría en el cuarteto Op. 127, el primero de los que ofreció a Galitzin. Y ya comprobaremos que, a pesar del habitual exceso de optimismo, ese cuarteto, que prometía para marzo de 1823 como muy tarde, no estuvo listo hasta casi dos años después.

A los dos o tres cuartetos de Galitzin se añadieron más, como ya sabemos, aunque, como se indica en el último párrafo, Beethoven demoró bastante el encargo. Más se demoró el príncipe en el pago de los honorarios, que Beethoven no llegó a recibir... Como ilustración musical, os traigo el primero de estos cuartetos, el Op. 127, escrito entre 1824 y 1825 y estrenado el 6 de marzo de este último año por el cuarteto de su amigo Ignaz Schuppanzigh. Los intérpretes son unos de los más reconocidos en este repertorio.


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