26.10.20

Beethoven y Goethe (y II) (Tres canciones sobre textos de Goethe Op. 83)

 

Goethe, de viaje por Italia
(Cuadro de J. H. W. Tischbein, 1787)

Beethoven y Goethe (y II)

Muy poco después del episodio de la carta a la «Amada Inmortal» tuvo lugar, por fin, el encuentro entre los dos genios. Así lo cuento en mi Vida de Ludwig van Beethoven (pp. 200-201):

El 14 o el 15 de julio llegó Goethe a Teplitz y, por tanto, se podría producir por fin el tan esperado encuentro entre los dos genios. Su mayor propiciadora, Bettina Brentano, no podría ser testigo de él a pesar de encontrarse también desde el 24 de julio en Teplitz con su marido, Achim von Arnim, ya que había discutido con Goethe a causa de la esposa de este, Christiane. Estaba celosa de Bettina y no se soportaban. En el verano de 1811 estalló la tormenta; Bettina era culta, refinada y bella, Christiane era bastante vulgar y su aspecto no demasiado agradable… En una ocasión, reunidas ambas en una exposición pictórica, Bettina hizo una serie de comentarios «ingeniosos» que la esposa de Goethe tomó como ofensa personal y él tomó partido por ella. El resultado fue la expulsión de los Arnim de su casa.

Se han escrito innumerables historias y anécdotas relativas a estos pocos días que compartieron Goethe y Beethoven en los balnearios del norte de Bohemia y es muy difícil saber cuáles de ellas son reales y cuáles no. Como muy bien dice Thayer, «es necesario tamizar los hechos de la leyenda para completar la historia de las relaciones entre Goethe y Beethoven». Añadamos, además, que algunas de esas historias provienen de la exuberante y febril imaginación de Bettina Brentano, con lo cual es mejor ceñirse a los documentos para tener una idea clara de este memorable encuentro. 

Goethe indica el 19 de julio como la fecha en que se conocieron personalmente. Ese mismo día escribió a su esposa: «Nunca he visto un artista más independiente, enérgico, sincero. Puedo entender perfectamente qué singular ha de ser su actitud hacia el mundo». Desde ese momento, se trataron casi a diario hasta que Beethoven se fue a Karlsbad, hacia el 25 de julio. El 21 de julio lo escuchó al piano: «Tocó deliciosamente». 

Goethe se quedó en Teplitz hasta el 12 de agosto, cuando marchó a Karlsbad; Beethoven llegó allí hacia el 7 de septiembre, por lo que aún tuvo días para poder ver al poeta. Es probable que se encontrasen de nuevo, ya que Goethe escribió a su esposa indicándola que podía utilizar a Beethoven como correo, lo cual muestra que tenía intención de verlo otra vez. 

Ocurriese lo que ocurriese entre ellos, la conclusión que se puede sacar es fácilmente deducible del famoso párrafo que Goethe escribió a Zelter: 
Conocí a Beethoven en Teplitz. Su talento me asombró; por desgracia es una personalidad totalmente indomable, que no está del todo equivocado al mantener que el mundo es detestable pero seguramente no hace de él algo más agradable para él u otros por su actitud. Fácilmente se le puede excusar, por otra parte, y en gran medida compadecer ya que su oído le está abandonando, lo cual, tal vez, estropea menos la parte musical de su naturaleza que la social. Es de naturaleza lacónica y lo será doblemente a causa de esta carencia. 
Estaba claro que el refinado, culto y aristocrático escritor contrastaría vivamente con el vehemente, rudo, un tanto desaliñado compositor. De todos modos, el propio Beethoven indicó a Breitkopf & Härtel en una carta que envió a la editorial desde Teplitz el 24 de julio que Goethe le había prometido escribir algo para él. 

De todas esas historias, Thayer solo da un punto de verosimilitud a la siguiente: en cierta ocasión, iban los dos paseando y la gente que se cruzaba con ellos los paraba continuamente para saludarlos y presentarles sus respetos. Ante la irritación de Goethe, Beethoven dijo: «No se moleste por ello Su Excelencia, tal vez se paran para saludarme a mí». Thayer indica que la fuente fiable para esta anécdota es un joyero de Viena, Joseph Türk, que estuvo en Teplitz en el verano de 1812. 

En cuanto a la opinión de Beethoven sobre Goethe, queda muy clara en una frase que escribió a Breitkopf & Härtel desde Franzensbrunn (hoy Františkovy Lázně) el 9 de agosto: «Goethe gusta demasiado de la atmósfera de las cortes, más de lo que conviene a un poeta. Por qué reírse de las absurdeces de los virtuosos cuando los poetas, que tienen que ser los primeros maestros de una nación, olvidan todo lo demás por estos oropeles».

Beethoven puso música a muchos textos de Beethoven; hoy os traigo los tres lieder Op. 83, todos sobre poemas del genio de Fráncfort:

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