9.10.07

El "misterio de Chester" y la música del siglo XX


Durante la Edad Media proliferaron por Europa los "misterios" o "milagros" representados como obra teatral para explicar al pueblo pasajes de la Biblia (ya que el latín nadie lo entendía) o vidas de santos. En España tenemos un ejemplo muy representativo: el misterio de Elche.

Chester es una ciudad amurallada de Inglaterra que se encuentra a algo más de 300 km. al noroeste de Londres, muy cerca de Gales. Desde el siglo XIV se representan en ella diversos misterios y milagros cuyo origen está en la antigua abadía de St. Werburgh, actualmente la catedral de la ciudad. Dado lo reducido del recinto y la poca difusión que se podía conseguir, pronto los monjes que se encargaban de las representaciones cedieron el testigo a los diferentes gremios de artesanos de la ciudad que, montados en carros, se desplazaban por ella para que los misterios llegasen a todos sus habitantes.

Si bien hubo misterios de este tipo en otras ciudades inglesas, los gremios de Chester eran tan poderosos que en ninguna otra localidad se pudieron representar tantos diferentes, hasta 24. En el siglo XVI los misterios fueron prohibidos en todo el país y la última ciudad que resistió fue precisamente Chester, donde se mantuvieron hasta 1578. Siguieron casi cuatro siglos de olvido, hasta que en 1951 se resucitó la tradición en el marco del Festival Británico y desde entonces se viene representando cada cinco años. En 1980 se fundó una sociedad sin ánimo de lucro, la Chester Mystery Plays Ltd., con el fin de preservar esta ancestral tradición.

Dos grandes compositores del siglo XX se inspiraron en uno de los misterios de Chester para componer obras que tal vez no sean muy conocidas dentro de su producción: Benjamin Britten (Noye's Fludde) e Igor Stravinsky (The Flood).

Britten utilizó prácticamente intacto el texto de Chester para completar su ópera Noye's Fludde, Op. 59, en diciembre de 1957. El subtítulo que tiene lo deja claro: The Chester Miracle Play set to music. Britten pretendió mantener el estilo sencillo característico de la representación, hecha por no profesionales, y en la plantilla instrumental y vocal de su obra predominan los músicos y actores infantiles. La orquesta de niños la forman cuerda, flautas dulces, cornetas y percusión. Sólo Noé, su esposa y la voz de Dios son papeles asumidos por cantantes profesionales; también es profesional el conjunto de quinteto de cuerda, flauta de pico y percusión que aparece en la pieza.

Robert Craft adaptó parte del texto del misterio de Chester, junto con otro que se representaba en la ciudad de York, para que Stravinsky compusiese The Flood, una obra que se escribió expresamente para ser emitida por televisión. Se trata de un ejemplo de la última época del gran compositor (1962), dominada por un serialismo sui generis que parece poco apropiado en este caso, una obra casi con carácter didáctico, pintoresca, pensada para un público amplio y popular como el televisivo. La CBS la emitió el 14 de junio de 1962 en un programa que duró una hora. Como la obra de Stravinsky -un collage de los que tanto le gustaban, que incluye melodrama, ballet y canto- sólo dura unos 25 minutos, el resto del tiempo se rellenó con una introducción-sermón sobre el Diluvio Universal y los anuncios del patrocinador del programa, el champú Breck. Stephen Walsh, autor del artículo dedicado a Stravinsky en el New Grove lo llamó "la apoteosis de los estudios de mercado".

No hay comentarios: