12.3.07

Un repaso a mis ídolos: Dietrich Fischer-Dieskau


Resulta curioso que a estas alturas el nombre de Dietrich Fischer-Dieskau sea el que más abunda entre mis discos. Más que nada porque en principio los repertorios en los que él se maneja no eran precisamente los que más frecuentaba yo. El lied no era la forma musical que más me interesaba, pero cuando empezó a hacerlo era irremediable que el mejor cantante de lieder del siglo XX empezase a repetirse en las diferentes obras que yo iba conociendo.

En la era del vinilo fue cuando entré en contacto por primera vez con él; fue en concreto en un doble álbum que contiene la 7ª sinfonía de Mahler y, de "relleno", unos Kindertotenlieder dirigidos por Karl Böhm (un director que creo no se prodigó mucho con D. Gustav) y cantados con la exquisitez habitual por Fischer-Dieskau. Después, cuando empecé a profundizar en la creación liederística de compositores como Schubert, Schumann, Brahms o Wolf, el referente fue siempre D. Dietrich. Porque nadie mejor que él ha cantado el lied germánico, de Schubert a Berg.

Pero no todo queda ahí. También en la ópera dejó su impronta, especialmente también en la germánica. Mozart, Beethoven, Schumann, Wagner, Richard Strauss, Berg... En las obras para la escena de estos grandes compositores también es irremediable la cita a Fischer-Dieskau como uno de sus más finos intérpretes, ya como el conde de Le nozze di Figaro, como el Don Fernando de Fidelio, el Siegfried de Genoveva, el Wolfram de Tannhäuser, el Telramund de Lohengrin, el Kurwenal de Tristan, el Hans Sachs de Die Meistersinger, el Anfortas de Parsifal, el Robert Storch de Intermezzo o el Olivier de Capriccio, por solo citar papeles que le he escuchado cantar. Como tampoco se puede eludir su grandiosa entrada en la grabación de la 9ª de Beethoven dirigida por Ferenc Fricsay y que cité en la entrada anterior de esta bitácora.

Su amplísimo repertorio no le impidió dedicarse asimismo a otros menesteres como la dirección orquestal. Sobre este aspecto se suele contar una conocida y graciosa anécdota que le sucedió con el gran Otto Klemperer. Fischer-Dieskau invitó al anciano maestro a un concierto en el que iba a actuar como director. D. Otto le contestó: "lo siento, no puedo ir porque tengo que ir a otro concierto a cantar el Winterreise". Zapatero a tus zapatos...

Unos breves datos biográficos, como es habitual, tomados de AllMusic. Nació en Berlín el 28 de mayo de 1925. Comenzó sus estudios de canto en 1941, pero poco después tuvo que ingresar en la Wehrmacht. Fue prisionero de guerra dos años y cuando volvió a Alemania dio comienzo a su carrera de cantante. Su primer papel operístico fue el de Posa, en el Don Carlo de Verdi. Entró en la plantilla de la Ópera de Berlín y apareció como artista invitado en numerosos teatros de ópera; su relación con Bayreuth data casi de la reapartura de los festivales y se prolongó casi diez años.

En 1948 dio su primer recital de lieder, con una interpretación del Winterreise y también comenzó su relación con Gerald Moore, tal vez el mejor pianista acompañante del siglo pasado, aunque no se puede decir precisamente que Fischer-Dieskau fuese un cantante de un solo pianista. Nombres como los de Barenboim, Richter, Ashkenazy o Demus también están ligados a él y a sus grandes interpretaciones.

Más información y ejemplos en el foro.

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