22.1.07
Las sinfonías de Beethoven: La Novena (II)
En este segundo texto voy a escribir sobre el concierto en el que se estrenó la Novena, que tiene una historia un tanto chusca. En el anterior dejamos la obra ya terminada, en febrero de 1824. Desde entonces y hasta su estreno, en mayo de ese mismo año, se sucedieron una serie de hechos que merece la pena relatar. Para ello voy a pedir ayuda a los siempre muy documentados Massin.
En ese momento (febrero de 1824) Beethoven tenía dos grandes obras concluidas e inéditas: la Missa solemnis y la Novena. El estreno de composiciones tan colosales era bastante problemático; Beethoven se dirigió a la Musikverein de Viena para ello, pero recibió una negativa a la par que un reproche por no haber escrito un oratorio que les había prometido y por el que ya había recibido algún dinero. Ante este rechazo, miró hacia Berlín, donde sus músicos aceptaron de inmediato el encargo. Beethoven proyecta en ese momento abandonar Viena para establecerse en Inglaterra. Ya en 1809 había anunciado algo similar; en ese momento las cabezas visibles de la aristocracia vienesa se habían movilizado para evitar la espantada. Ahora ocurrió algo parecido; grandes nombres de la nobleza publicaron una lisonjera carta que, aunque hizo cambiar de opinión a Beethoven, no le reportó beneficio económico alguno.
Beethoven, por tanto, decició quedarse en Viena y estrenar allí sus dos colosales obras. Se le ofreció el Theater-an-der-Wien, pero rechazó la oferta porque no se le permitió contar con los únicos músicos en los que él confiaba, Umlauf y Schuppanzig. Por tanto, tiene que aceptar que el estreno se realice en el Kärntnertortheater, mucho más pequeño y con unas condiciones económicas peores. Tras muchos tiras y aflojas, se fija la fecha del 7 de mayo para el estreno. Aún hay que vencer la oposición de la censura, que no ve con buenos ojos la interpretación de una misa en un teatro. La solución es presentar sólo el Kyrie, el Credo y el Agnus Dei como “tres grandes himnos”. El cartel del estreno queda, por tanto, así:
Gran concierto musical del señor L. van Beethoven, que tendrá lugar mañana, 7 de mayo de 1824, en el Teatro de la Corte Imperial y Real cerca de la Puerta de Carintia.
Las composiciones que serán ejecutadas son las obras más recientes del señor Ludwig van Beethoven.
Primero: Gran obertura (fue La consagración del hogar, Op. 124)
Segundo: Tres grandes himnos, con solistas y coros.
Tercero: Gran sinfonía, con la entrada al final de solistas y coros sobre el lied de Schiller a la Alegría
Las partes solistas serán cantadas por las señoritas Sontag y Unger y los señores Haizinger y Seipelt. El señor Schuppanzig dirigirá la orquesta; el señor kapellmeister Umlauf dirigirá todo el conjunto y la Musik Verein ha tenido la cortesía de reforzar los coros y la orquesta.
El señor Ludwig van Beethoven en persona tomará parte en la dirección de toda la orquesta.
El estreno es un tremendo éxito. Incluso hay problemas policiales porque se está aplaudiendo más que lo que el protocolo dicta para la familia imperial. Beethoven, totalmente sordo ya, no se entera de nada; es Karoline Unger quien tiene que volverle de cara al público para que responda a los frenéticos aplausos (¿se han inspirado en ella para esa absurdez de Copiando a Beethoven?). Mucho éxito, pero un fracaso económico. Los resultados deprimen a Beethoven, a pesar de lo cual da un banquete a sus amigos, que acaba, gracias al habitual mal humor del genio, como el rosario de la aurora. Lo único positivo es que al menos, tras esa cena, Beethoven despide al impresentable de Anton Schindler, que apenas volverá a molestar a Beethoven en lo que le queda de vida (aunque sí lo hará póstumamente, apropiándose indebidamente de muchos documentos del compositor, entre ellos los "cuadernos de conversación", de los que hará desaparecer unas dos terceras partes; también "extravió" toda la documentación que no le fuese útil en la biografía que preparó, en la que se quiso mostrar como el personaje más influyente en los últimos años de Beethoven. ¿Se nota que me cae mal?)
(La foto que encabeza este texto está ahí por dos razones: por un lado para demostrar que voy mejorando un poquito en mi uso de la cámara digital y por otro porque tiene mucho que ver con el ejemplito que aparecerá en el foro, en el hilo ya existente sobre la Novena)
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