23.10.23

Beethoven: Sonata para violonchelo n.º 2 en sol menor Op. 5 n.º 2 (Casals/Serkin)


Pau Casals siempre se distinguió no solo por su excelencia como violonchelista, sino por las muchas iniciativas de todo tipo que tomó. Musicales sobre todo: ya en 1919 había fundado en Barcelona la Orquesta Casals, con la que dio muchos conciertos para obreros. Precisamente con ella estaba ensayando la Novena de Beethoven cuando estalló la guerra civil. Casals se exilió primero en Prades (Francia), donde también crearía un festival de música años después; desde allí trabajó en favor de la Cruz Roja y de los otros exiliados catalanes, colaborando incluso en el reparto de la ayuda. Cuando vio que tras acabar la segunda guerra mundial no se tomaban medidas para acabar con el régimen de Franco, decidió no volver a tocar en público. Mantuvo este silencio hasta cinco años después, 1950, cuando se celebró el bicentenario de la muerte de Bach. En 1956 se estableció en Puerto Rico, donde también ejerció una importante labor docente. Aparte del festival de Prades, su nombre también estará siempre unido a otros como los de Perpiñán o Marlboro. También actuó ante la Asamblea General de las Naciones Unidas o en la Casa Blanca, teniendo como anfitrión al presidente Kennedy (recital que fue grabado y que es uno de los cuatro discos que aparece en la foto que encabeza este texto). Para terminar este pequeño homenaje al mejor violonchelista de la historia, os traigo una interpretación de la segunda sonata para violonchelo de Beethoven, grabada en Perpiñán el 31 de julio de 1951 junto al pianista Rudolf Serkin.


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