23.1.23

Lalo: "Symphonie espagnole" Op. 21

Édouard Lalo (1891)
Grabado de Richard Paraire

En la primera entrada del año, de forma un tanto sarcástica, afirmé algo así como que Lalo había compuesto más cosas además de la Symphonie espagnole y es del todo verdad. Sin embargo, va a ser lo que hoy os traiga aquí, sobre todo porque no quiero mentir y aparentar que conozco más música del compositor de Lille aparte de esta celebérrima pieza y el concierto para violonchelo que puse la semana pasada. Distinto es que pueda acudir a las fuentes adecuadas y os pueda hablar de otras composiciones suyas que no he escuchado jamás y que tal vez podría (podríais) catar.

Así que recurro al correspondiente artículo del New Grove y os cuento. Al parecer, Lalo compuso dos sinfonías de juventud que destruyó; luego, en contra de lo que estaba de moda en la Francia de su época, se inclinó hacia la música de cámara, con el agravante de trabajar en un conjunto, el trío para piano y cuerda, que estaba del todo olvidado en su país. En 1853 ya había compuesto dos.

En cualquier caso, sus esfuerzos sirvieron para que hubiese una suerte de renacimiento de la música de cámara en Francia. Fue miembro del cuarteto Armingaud, en el que tocó la viola y el segundo violín, y con él intentó popularizar los cuartetos de Haydn, Mozart, Beethoven, Mendelssohn y Schumann. Él mismo escribió un cuarteto en 1859 que revisó veintiún años después.

También tocó la ópera. Su primer intento, Fiesque (1866-68) fue, como su nombre nos hace pensar, un fiasco. La presentó a un premio que no ganó y nunca se representó a pesar del interés que habían mostrado algunos teatros. Lalo reutilizó parte de su música en otras composiciones. En 1875 comenzó a trabajar en una nueva ópera, Le roi d'Ys, que consiguió concluir en 1888, se representó con gran éxito, le supuso el reconocimiento que tantos años llevaba buscando y, para algunos comentaristas, es su obra maestra.

Ello no obstante, la más conocida es la que os traigo hoy, un concierto para violín en cinco movimientos que, no sé muy bien por qué, se ha nombrado como "sinfonía". Español su adjetivo y español quien la estrenó, pues no fue otro que Pablo de Sarasate, en 1875. Aquí la tenéis interpretada por uno de los mejores violinistas del siglo XX.



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