Dentro de este mes que dedico a las obras de Bach para instrumentos solos, hoy toca una pieza para órgano, sin duda uno de los instrumentos favoritos del compositor, para el que escribió una obra abundante y magnífica. Es un breve preludio coral que está entre mis obras favoritas del genio de Eisenach y de toda la historia de la música. Da gusto ver cómo lo interpreta Ton Koopman.
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