Si célebre era la tormenta que nos describía Vivaldi en El verano, no lo es menos la que protagoniza el cuarto movimiento de la sinfonía Pastoral de Beethoven, una tempestad que acaba con la animada reunión de campesinos del movimiento anterior y que da paso al himno de acción de gracias de los pastores.
(Creo que merece la pena escuchar completa esta maravillosa obra, así que os traigo una excelente y no demasiado conocida versión: la de André Cluytens con los Filarmónicos Berlineses.)
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