19.2.07

Del 10 al 1: Mozart


Con esta entrada debería terminar mi repaso a los diez compositores de los que tengo más obras en mi fonoteca, pero quien siga estos garabatos sabrá que hice trampa y este mensaje es el penúltimo de su clase (acabaré con Beethoven, que ocupa el tercer lugar de esta peculiar escala).

Mozart es el compositor del que más obras tengo. En concreto son 326, lo cual en realidad supone poco más de la mitad de las registradas en el catálogo Köchel (626). Tampoco es que sean realmente 326, pues muchas veces un solo número del índice incluye más de una obra. Sea como sea, Mozart es el nombre que más abunda en mis estanterías.

¿Quiere esto decir que sea mi compositor favorito? No necesariamente; hay compositores que fueron mucho menos prolíficos y quizá, en proporción, están mejor representados. Sí es cierto que siempre incluiría a Mozart en esas absurdas listas que de vez en cuando se piden... Sí, ésas de "¿cuáles son tus cinco compositores favoritos?" Por otra parte, a poco que uno sea un discófilo empedernido y guste de este tipo de música, difícil será que Mozart no ocupe un lugar importante en sus anaqueles.

En la foto que encabeza este texto aparece el primer disco que me compré de Mozart (además de algunos de los libros que sobré él repaso de vez en cuando): las dos últimas sinfonías dirigidas por Fricsay. De Mozart también es el último disco de vinilo que adquirí (en concreto uno que lleva la kleine Nachtmusik y la serenata Corneta de postillón dirigidas por Böhm).

Releo lo escrito y veo que estoy desvariando: lleno la pantalla de letras sin decir nada. Pero es que hablar de un músico tan archipopular es difícil. O se escribe una biografía enorme o mejor no decir nada. O dejar hablar a la música. Para eso, ya sabemos que tengo el mini-foro.

Aunque al menos dos datos biográficos daré, aunque sólo sea por no perder la costumbre. Nació en Salzburgo el 27 de enero de 1756; su padre, un consumado violinista que escribió un tratado sobre este instrumento muy valorado en su época, sacrificó su carrera por el genio de su hijo. Viajaron por toda Europa mostrando la increíble capacidad de Mozart para interpretar y componer música; en Londres conoció a Johann Christian Bach, una de sus principales influencias.

En Salzburgo trabajó para el arzobispo Colloredo, soberano de la ciudad, siempre de mala gana y siempre procurando viajar (en uno de estos periplos murió su madre, en concreto en París y en 1778). Hasta que salió del servicio del arzobispo, en 1781 y con "una patada en el culo", no se sintió libre.

Marchó a Viena, donde se casó en 1782, y en contra de los deseos de su padre, con Constanze Weber, a la sazón hermana de Aloysia Weber, el verdadero amor de la vida de Mozart. En Viena vivió por libre, aunque siempre pasando privaciones debidas a la mala cabeza de ambos cónyuges. Murió pobre y solo en la capital imperial el 5 de diciembre de 1791.

6.2.07

Raros y rarezas: Alexander von Zemlinsky


Quizá empieza a ser más conocido ahora, pero hasta hace no muchos años el compositor austríaco Alexander von Zemlinsky estaba casi completamente olvidado. Creo que es una gran injusticia, pues no sólo se trata de una figura musical que se relacionó muy íntimamente con algunos de los nombres que sí que suenan mucho de la vida musical de principios del siglo XX, sino que se le debe una obra que podrían disfrutar hasta aquellos que reniegan de la música más "moderna" (esto es, la del siglo pasado) porbablemente porque creen que se reduce a Schoenberg y seguidores y a las vanguardias posteriores a la segunda guerra mundial, cuyo dogmatismo tanto daño ha hecho a la difusión de la música contemporánea.

Zemlinsky es un compositor tonal, si bien lleva la armonía tradicional hasta sus mismos límites, sin traspasarlos. Es un ejemplo paradigmático de compositor post-romántico, con densas orquestaciones, melodías infinitas y exacerbado cromatismo.

Quizá la difusión algo mayor que hoy en día tiene su obra se deba a una casualidad. James Conlon, que en su etapa como director de la Orquesta Filarmónica Gürzenich de Colonia ha sido un paladín de la música de D. Alexander, que ha grabado con profusión para el sello EMI, descubrió esta música por azar, al poner un día la radio del coche mientras volvía a casa tras un ensayo. Lo que escuchó le fascinó (creo que era el poema sinfónico Die Seejungfrau) y desde ese momento supo que tenía que interpretar esa música.

Como antes he dicho, Zemlinsky tuvo relación con figuras importantes de la vida musical de su época. Schoenberg no sólo fue discípulo suyo, también emparentaron, pues D. Arnold se casó con una hermana de D. Alexander. Esta relación sirvió para unirlos y también para distanciarlos, pues nuestro compositor se metió por medio de los problemas matrimoniales del "inventor" del serialismo, lógicamente tomando partido por la hermana, que al parecer era la culpable de la crisis.

Zemlinsky, que era más feo que un rayo (parece ser que su ópera Der Zwerg es un reflejo de los sentimientos que en él provocaba su aspecto -véase la foto que encabeza este texto-, que "tiraba para atrás" a las damas antes de que comprobasen siquiera que era buena persona), se enamoró de Alma Schindler, que, como sabemos, finalmente se casó con Mahler. Sí, don Gustav quitó la novia a D. Alexander. Un triángulo amoroso que muy bien pudo inspirar otra de sus óperas: Eine florentinische Tragödie que precisamente trata de eso, de un triángulo amoroso formado por la dama, el amante y el marido engañado que finalmente acaba matando al galán y perdonando a la adúltera... Siempre me ha llamado la atención cómo se refleja Zemlinsky en su obra, es uno de los compositores que en este aspecto es más "transparente".

Demos, como siempre, unos breves datos biográficos, adaptados de lo que hay en AllMusic: nació en Viena el 14 de octubre de 1871, en el seno de una familia judía de origen polaco. Estudió en el Conservatorio de su ciudad entre 1887 y 1892. Desde 1895 dio clases de contrapunto a Schoenberg y de esa manera se convirtió en el único maestro que tuvo D. Arnold. En principio se dejó influir por Brahms (que recomendó al editor Simrock la publicación del trío Op. 3 de Zemlinsky). El estreno de su segunda sinfonía (1897) y la representación de su ópera Es war einmal, dirigida por Mahler (1900) le crearon un nombre en la escena musical vienesa.

Compatibilizó la composición con tareas de dirección musical, primero en el Carlstheater de Viena (1899-1906), luego en la Volksoper de la misma ciudad (1906-11), en el Teatro Alemán de Praga (1911-27, allí estrenó, en 1924, la ópera Erwartung, de su cuñado, tras su reconciliación) y el la ópera Kroll de Berlín, donde estuvo a las órdenes de Otto Klemperer. En la capital alemana fue también profesor de la Hochschule für Musik. Lógicamente hubo de marcharse tras el advenimiento del nazismo; volvió a su ciudad natal, en la que permaneció hasta que en 1938 hubo de exiliarse a Estados Unidos. Murió en Larchmont, estado de Nueva York, el 15 de marzo de 1942.

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