19.12.07

"Pour le clavecin ou le pianoforte"


Entre las más acaloradas discusiones (por desgracia, muchas veces llegan al insulto) que me he encontrado en mis años de peregrinaje por los foros musicales de Internet, la que se lleva la palma es la del dilema clave-piano al interpretar determinadas obras barrocas (aunque el detonante siempre suelen ser las Variaciones Goldberg).

Dilema que no es tal, porque esas obras fueron escritas para clave y no para piano, y ambos instrumentos sólo se parecen en que tienen teclas, pues su genealogía y forma de funcionamiento son muy distintas.

Hay quien aún cree que el clave es una suerte de ancestro del piano y no es en absoluto cierto. Si hay que buscar un precedente al piano, éste es el clavicordio (un instrumento que también en ocasiones se confunde con el clave y que, para mí, tiene un sonido poco grato), cuyas cuerdas suenan al ser percutidas por un macillo. Por contra, las cuerdas del clave suenan al ser pulsadas por un plectro (el nombre en inglés del instrumento, harpsichord, es más aclaratorio al relacionarlo con el arpa. Hay más similitudes entre un arpa y un clave que entre un piano y un clave).

Yo, sin duda, prefiero escuchar estas obras en el clave (no sólo las Goldberg, sino también las Partitas, las Suites francesas e inglesas, las Invenciones y Sinfonías, etc., de Bach y las obras para el clave de otros compositores, como François Couperin, Rameau o Domenico Scarlatti). Es un instrumento que me encanta, aunque me da la sensación que ante él no existe el término medio: también hay quien comparte la opinión de Sir Thomas Beecham, que decía que el sonido de un clave es igual al de dos esqueletos copulando sobre un tejado metálico o algo así.

Dicho esto, y establecida la aparentemente radical diferencia entre ambos instrumentos, no deja de ser sorprendente que compositores como Mozart, Haydn o Beethoven escribiesen obras pensadas, según su propia anotación, "pour le clavecin ou le pianoforte". ¿No se dice que una obra para clave tocada en un piano es otra cosa diferente? Entonces, ¿por qué ese señalar indistintamente uno u otro?

Yo me atrevo a pensar que tal vez ello obedeciese a razones puramente comerciales (¿como hoy en día?) Haydn generalizó la práctica de componer música especialmente pensada para su publicación (y para obtener ingresos de esa manera). Sabido es que una de las casas que posteriormente se hicieron más renombradas como editorial de música, Artaria, empezó precisamente esta actividad en asociación con Haydn (hasta entonces se dedicaba sobre todo a los mapas). Y aunque antes de Haydn se puede encontrar algún ejemplo similar (el compositor francés Joseph Bodin de Boismortier, nacido en 1689 y muerto en 1755, consiguió publicar más de 120 de sus obras y prácticamente vivió de ello) es después cuando la práctica se generalizó. Había que buscar mercado para esta música, ya no sólo era de consumo exclusivo de aristócratas; en las casas de los burgueses tal vez aún eran mayoría los claves heredados o aún construidos a mediados del XVIII, mientras que el fortepiano o Hammerflügel aún estaba abriéndose paso, a pesar de que muchos compositores ya lo prefirieran. Y aunque escribiesen sus obras para el piano, indicaban que también se podían interpretar al clave. Así no excluían a nadie.

2 comentarios:

Fernando Vasconcelos dijo...

Olá de Portugal, Parabéns pelo seu blog que vai já para a minha lista de recomendados. Em relação a este tema faço-lhe uma pergunta: Não acha que apesar dessas obras terem sido escritas para cravo (clavecin) podem também ser tocadas em piano? Ficam decerto obras diferentes mas não serão igualmente belas? Eu confesso que gosto de as ouvir tanto num como noutro instrumento dependendo do meu "estado de espirito" na altura.

Paco López-Hernández dijo...

Obrigado.

Mi preferencia es el clave, pero no porque mantenga posturas dogmáticas, sino porque su sonido siempre me ha gustado. Hay grandes pianistas (Arrau, Richter, Kempff, Lipati, etc.) que han tocado las obras para clave de Bach y otros compositores en un piano y ello gusta a mucha gente. Por mi parte, nada que objetar; ahora bien, en mi caso, salvo las "Gouldberg" (en ambas grabaciones: 1955 y 1981) no tengo grabación alguna de música para clave tocada en piano ni tampoco tengo gran interés en ello.