Parece que por fin quiere entrar el otoño de verdad; para "celebrarlo" (yo soy más de verano) se me ha ocurrido empezar esta primera semana que realmente se corresponde con la época del año en que estamos con alguna pieza relacionada con la estación de los bellos colores en los bosques caducifolios (¡toma ya!) Y me he acordado del segundo movimiento de Das Lied von der Erde que se titula "El solitario en otoño" y se basa en un poema de Zhang Ji, que vivió en el siglo VIII de nuestra era:
Las nieblas otoñales ondean, azules sobre el mar;
toda la hierba se cubre de escarcha;
se diría que un artista ha extendido polvo de jade
sobre las delicadas flores.
El dulce perfume de las flores se ha evaporado;
un viento frío dobla los tallos.
Pronto flotarán las mustias y doradas hojas
de las flores de loto sobre el agua.
Mi corazón está cansado. Mi pequeña linterna
se apaga crepitando y me hace pensar en el descanso.
¡Voy hacia ti, querido último lugar de reposo!
¡Sí, dame tranquilidad, necesito tanto alivio!
Lloro muchísimo en mi soledad.
El otoño perdura demasiado en mi corazón.
Sol del amor, ¿ya no quieres brillar más
para secar tiernamente mis amargas lágrimas?
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