26.2.24

Puccini: Preludio de "Edgar"

Alfred de Musset, por Charles Landelle
(Musée d'Orsay, París)

He de confesar que, hasta hoy, nunca había escuchado ni una sola nota de Edgar, la segunda ópera de Puccini. En cualquier caso, se trata de lo que los expertos consideran el único fracaso del compositor de Lucca, una pieza que quizá sucumbió porque Puccini, en esa época, aún no era capaz de hacer algo que se saliera de los gustos de la scapigliatura. De nuevo fue Fontana el libretista, quien se basó en un poema de Alfred de Musset, y no consiguieron una obra coherente, que llegase a los logros de la ópera con la que en ocasiones se compara, la Carmen de Bizet. Edgar se estrenó en la Scala de Milán el 21 de abril de 1889 y no causó una impresión demasiado buena. Puccini la revisó un par de veces; en 1892 la redujo de cuatro a tres actos y en 1905 la recortó aún más para su presentación en Buenos Aires, pero en ningún caso logró hacerse un hueco en el repertorio. Quizá lo único positivo de este fallo fue que desde entonces, con la lección aprendida, Puccini procuró controlar todos los aspectos dramáticos de un libreto antes de decidirse a ponerle música y a fe que logró evitar los inconvenientes que lastraron esta obra. Aquí os dejo el preludio de Edgar que, como os digo, he conocido poco antes de escribir esta entrada y, la verdad, me ha gustado bastante como casi todo lo que escribió este compositor.

19.2.24

Bruckner: Sinfonía "n.º 0" en re menor

Otto Dessoff (1835-1892), uno de los posibles causantes de la "anulación" de esta sinfonía

Ya hemos hablado de la Sinfonía "n.º 00" de Bruckner en alguna entrada anterior. Hoy toca la otra obra sinfónica que no entra en la numeración canónica, la "n.º 0" o nullte. De la otra sinfonía ya comentamos que en realidad se trataba de un ejercicio realizado durante sus estudios de composición y que nunca pretendió que se interpretase en público. El caso de esta sinfonía en re menor es algo diferente.

La compuso cuando ya había terminado la primera versión de la que hoy conocemos como Sinfonía n.º 1 (1866). El manuscrito que se conserva está fechado en 1869; él en principio la consideró como su sinfonía n.º 2, pero al poco se arrepintió de ello y la eliminó ("annuliert") del conjunto de sus obras de este tipo numeradas. Esto, probablemente, tuvo lugar hacia 1873, cuando la pieza que estaba componiendo por entonces ya la consideró como la n.º 3 (siendo la n.º 2 la que está en do menor y no esta). Ya en la década de 1890 Bruckner marcó un "0" en el manuscrito de esta sinfonía y de ahí ha derivado otro de los apelativos por la que es conocida.

¿Por qué hay una foto del director y compositor Otto Dessoff encabezando este texto? Bruckner siempre tuvo muchas dudas e inseguridades sobre sus obras, de ahí las diferentes versiones que existen de muchas de ellas. Al parecer, una de las razones que pudo impulsarlo a acabar rechazando esta sinfonía estuvo en que, cuando le mostró la pieza a Dessoff, el director le preguntó, ingoro si con segundas intenciones, dónde estaba el primer tema. Quizá algo tuviera que ver la gran amistad de Dessoff con Brahms, a quien los detractores de Bruckner utlizaron siempre como arma para atacarlo (acaso sin el consentimiento de don Johannes, o tal vez sí, vayan ustedes a saber...)

Aquí os dejo esta obra, en una interpretación de garantías.


12.2.24

Puccini: "Le villi"

Puccini en 1908

En alguna entrada anterior os comenté que, en su juventud, Puccini perteneció al bohemio grupo de los scapiagliati, quienes veían que la cultura italiana había caído en el provincianismo y procuraron buscar referentes más allá de sus fronteras. De ahí que muchos de estos jóvenes compositores ambientasen sus óperas en la Alemania romántica, en los Alpes y sus alrededores, incluyendo en sus historias la mitología de la zona.

Una vez superada su fase de aprendizaje, el joven Puccini no fue menos que sus colegas Boito o Catalani y su primera ópera estuvo influida por estos duendes teutónicos. El acicate fue un certamen impulsado en 1883 por el editor Edoardo Sonzogno, al que se presentó. Como libretista tuvo al peculiar Ferdinando Fontana, que se autoproclamaba genio literario y le dio bastante guerra antes de suministrarle el texto para Le villi, una historia en la que aparecen unos genios (más exacto sería decir unas genias) que vengan las traiciones amorosas. Puccini dedicó los últimos meses de 1883 a escribir la música a toda prisa, ya que las bases del concurso indicaban que se tendría que presentar antes del 31 de diciembre. No ganó.

A pesar del apartente fracaso, los miembros del grupo se movieron para que la obra se presentase ante el público de Milán y así ocurrió el 31 de mayo de 1884 en el Teatro dal Verme de esa ciudad. Fue un éxito tal que el célebre Giulio Ricordi adquirió los derechos para publicarla (dicen las malas lenguas que también influyó en que no ganase el concurso convocado por Sonzongo, pues el premio hubiese sido que la publicase él), a la vez que aconsejaba hacer ciertos cambios en la partitura. Puccini hizo caso y la versión retocada y ampliada se presentó en Turín el 26 de diciembre de 1884 y en el Teatro alla Scala el 24 de enero del año siguiente. Allí no gustó mucho por su "wagnerianismo" y no consiguió hacerse un hueco en el repertorio. En cualquier caso, creo que a todo amante de las óperas de Puccini le ha de resultar cuando menos curiosa. Aquí os la dejo.


5.2.24

Bruckner: Sinfonía en fa menor "n.º 00", "Sinfonía de estudio"

Otto Kitzler en 1915

En anteriores entradas he comentado que uno de los maestros de composición de Anton Bruckner fue Otto Kitzler (1834-1915). Era diez años más joven que él y hoy en día solo es recordado precisamente por las lecciones que entre 1861 y 1863 dio al genio de Ansfelden. Se conserva un llamado Cuaderno de estudios Kitzler, una obra manuscrita de algo más de 300 páginas que contiene numerosos ejercicios así como composiciones que hizo Bruckner mientras estudió con él.

Una de las obras que creó en relación con esta instrucción fue la que hoy se considera primera de sus sinfonías (aunque sin entrar en la numeración "oficial"), la sinfonía número "00" o "Sinfonía de estudio". Está claro que Bruckner nunca pretendió que se interpretase y siempre la consideró como un mero ejercicio, pero gracias a su costumbre de no destruir casi nada de lo que escribía hoy la podemos escuchar. Al parecer, el maestro dijo de ella que no era "particularmente inspirada", pero, en palabras del director Georg Tintner, que la grabó para Naxos en 1998, es posible que Kiztler "no hubiese echado un vistazo al scherzo, una pieza de gran originalidad, probablemente mejor que otros scherzos tempranos de Bruckner". El director, asimismo, ve más a Schumann que a Wagner detrás de esta partitura de 1863. Para que os hagáis una idea, aquí la tenéis.