Otros años he escrito, en este y otros blogs, algunos párrafos llenos de buenos deseos y demás. Y, desde luego, al menos desde finales de 2019 la cosa ha ido de mal en peor. Pandemias, guerras y otras asquerosidades. También tenía por costumbre poner por aquí la pieza navideña que, con diferencia, más me llega al alma y siempre me hace llorar, la Cantate de Noël de Honegger (que precisamente estoy escuchando mientras escribo esto). Voy a cambiar de registro. Para concluir el año y desearos lo mejor, os traigo una canción llena de alegría y buen rollo, la versión que las Ronettes hicieron en 1963 de un clásico navideño, Sleigh Ride, una pieza escrita por Leroy Anderson en 1946. Anderson fue uno de los principales suministradores de música para la celebérrima Boston Pops Orchestra, con Arthur Fiedler al frente. Disfrutad de esta canción y ved el vídeo, que es una delicia. Felices fiestas y pasadlo lo mejor que podáis.
26.12.22
19.12.22
Brahms: Dos canciones para voz, viola y piano Op. 91
Para concluir este pequeño homenaje a Brahms con esta, la penúltima entrada de este año, me fijaré en uno de los géneros que cultivó a lo largo de toda su vida, el lied (los primeros publicados son los seis lieder Op. 3, de 1853). Algunas de sus canciones son tremendamente famosas, como por ejemplo la nana Op. 49 n.º 4, la que todos los que somos padres le hemos tarareado al menos alguna vez a nuestros hijos. Citemos también ciclos como Die schöne Magelone Op.33, de 1861-69 o los Cuatro cantos serios Op. 121, de 1896, una de sus últimas obras. Hoy, como despedida, os traigo un par de canciones que me resultan curiosas porque al habitual acompañamiento pianístico añadió don Johannes una viola. Se trata de los dos cantos Op. 91, publicados en 1884 pero escritos mucho antes. El segundo, en concreto, es de 1864 y se compuso con motivo del nacimiento del primer hijo de Joseph Joachim, al que apadrinó (o tal vez para su boda, el año anterior). Los poemas son de Friedrich Rückert y de Lope de Vega (traducido por Emmanuel Geibel). Aquí los tenéis, cantados nada menos que por Jessye Norman y con Pinchas Zukerman en la viola.
12.12.22
Brahms: Sonata para clarinete y piano n.º 2 en mi bemol mayor Op. 120 n.º 2
Brahms era un compositor enormemente exigente y autocrítico. Ya se ha mencionado por aquí, por ejemplo, que antes de sacar a la luz su primer cuarteto de cuerdas había escrito (y destruido) unos veinte. Esta actitud le llevó en alguna ocasión en pensar en poner fin a su carrera creadora. Tal parece que sucedió en el verano de 1890; sin embargo, un año después conoció a Richard Mühlfeld, clarinetista de la Orquesta de la Corte de Meiningen (una de las más prestigiosas por entonces en toda Alemania) y gracias a su excelente forma de interpretar, que impresionó a nuestro compositor, surgieron cuatro extraordinarias obras de cámara con ese instrumento como protagonista: el Trío para piano, clarinete y violonchelo Op. 114 y el Quinteto para clarinete y cuarteto de cuerda Op. 115, ambas obras de 1891, y tres años después las dos sonatas para clarinete y piano Op. 120. Quizá estas últimas sean algo menos conocidas, por eso os traigo aquí la segunda de ellas, en una interpretación de garantías, con uno de los mejores clarinetistas de las últimas décadas.
5.12.22
Brahms: Cantos para coro femenino, dos trompas y arpa Op. 17
Brahms en 1866
Sabido es que Brahms compuso profusamente para la voz humana, tanto solista como en conjunto, acompañada por el piano, por orquesta y, en el caso del coro, a veces a capella. En 1859 fundó en su Hamburgo natal un coro femenino a cuyo frente estuvo los tres años siguientes y para el que compuso varias obras. Una de ellas son estos cuatro cantos en los que el coro de mujeres está acompañado por dos trompas y un arpa, obra del año 1860. Aquí lo tenéis en las manos de un renovador de la interpretación de la música antigua que también se ha atrevido con el romanticismo y el romanticismo tardío.
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