Puccini y Arturo Toscanini (c. 1900)
Siempre muy exigente a la hora de elegir sus libretos, como ya sabemos, Puccini empezó a pensar en el de la que sería su última ópera en el verano de 1920. Fue uno de los dos futuros libretistas de la pieza, Renato Simoni, quien le habló de la obra teatral Turandotte, del dramaturgo del siglo XVIII Carlo Gozzi. Junto con Giuseppe Adami trabajó en el texto, que entregaron al compositor a mediados de 1922. De inmediato se puso manos a la obra, y a comienzos de 1924 tenía completados los dos primeros actos, pero con el tercero tenía algunas dudas correspondientes al dúo final... Que precisamente quedó inconcluso. Puccini padecía un cáncer de cuya gravedad no era consciente; tanto era así que cuando marchó a Bruselas para someterse a un tratamiento que casi era a la desesperada creía que sin problemas, a la vuelta, concluiría la obra. No fue así. Murió en la capital belga el 29 de noviembre de 1924 dejando sin terminar el final de la primera escena y la segunda escena del tercer acto. Se encomendó a Franco Alfano que las concluyera, siguiendo las notas de Puccini, pero es evidente que ni pretendió imitar el audaz lenguaje que había usado ni seguro que se sintió capaz de siquiera intentarlo. Fue Arturo Toscanini quien se encargó de estrenar la obra el 25 de abril de 1926. En esa velada, cuando llegó a las últimas notas escritas por Puccini, se detuvo, se volvió hacia el público y dijo: "Aquí acaba la ópera, porque en este punto murió el Maestro".
A pesar de ese final que no cuadra con el resto, nos encontramos con una verdadera obra maestra y he de confesar que es la que más escucho de todas las óperas de Puccini. Aquí os la dejo para que la disfrutéis.