Alfred de Musset, por Charles Landelle
(Musée d'Orsay, París)
He de confesar que, hasta hoy, nunca había escuchado ni una sola nota de Edgar, la segunda ópera de Puccini. En cualquier caso, se trata de lo que los expertos consideran el único fracaso del compositor de Lucca, una pieza que quizá sucumbió porque Puccini, en esa época, aún no era capaz de hacer algo que se saliera de los gustos de la scapigliatura. De nuevo fue Fontana el libretista, quien se basó en un poema de Alfred de Musset, y no consiguieron una obra coherente, que llegase a los logros de la ópera con la que en ocasiones se compara, la Carmen de Bizet. Edgar se estrenó en la Scala de Milán el 21 de abril de 1889 y no causó una impresión demasiado buena. Puccini la revisó un par de veces; en 1892 la redujo de cuatro a tres actos y en 1905 la recortó aún más para su presentación en Buenos Aires, pero en ningún caso logró hacerse un hueco en el repertorio. Quizá lo único positivo de este fallo fue que desde entonces, con la lección aprendida, Puccini procuró controlar todos los aspectos dramáticos de un libreto antes de decidirse a ponerle música y a fe que logró evitar los inconvenientes que lastraron esta obra. Aquí os dejo el preludio de Edgar que, como os digo, he conocido poco antes de escribir esta entrada y, la verdad, me ha gustado bastante como casi todo lo que escribió este compositor.
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