1.12.25

Beethoven: Concierto para piano n.º 2

Silueta de Beethoven a los 16 años
(posiblemente de Joseph Neesen, c. 1786)

Llega diciembre, el último mes de un año en el que por aquí se ha hablado sobre todo de compositores de los que se celebraba algún aniversario; también es el mes de nacimiento de mi compositor favorito, Beethoven, que cumpliría 255 años tal vez el día 16. Por eso voy a dedicarle alguna de las siguientes entradas. Empezaré con una obra temprana, cuyo opus y cuyo ordinal pueden llamar a engaño. El Concierto para piano n.º 2, Op. 19, posiblemente fue concebido en Bonn, hacia 1788, aunque luego no se le dio forma definitiva hasta muchos años después, cuando nuestro compositor ya llevaba bastante tiempo asentado en Viena. Se publicó en segundo lugar, a pesar de ser el primero (no, en realidad el segundo, pues está el incompleto WoO 4) de los conciertos para piano. Aquí lo tenéis, disfrutadlo.


Y, aunque está feo el autobombo, os voy a recomendar una vez más mi biografía del genio, que podéis conseguir en Amazon. Gratis en versión electrónica si estás suscritos a Kindle Unlimited.

24.11.25

Britten: "Hymn to St Cecilia"

Santa Cecilia tocando el laúd (c. 1616), de Artemisia Gentilischi
(Galeria Spada, Roma)

El pasado sábado, 22 de noviembre, se celebró la festividad de Santa Cecilia, patrona de la música. Un patronazgo un tanto peculiar, pues parece ser que se debe a un error de traducción... Cecilia, noble romana convertida al cristianismo y por ello martirizada a finales del siglo II o comienzos del III, se hizo acreedora a la escritura de unas Actas en las que, según algunos, se hablaba de "instrumentos musicales" que sonaban durante su martirio. Pero otros dijeron que, en realidad, lo que ahí estaba escrito era "instrumentos de tortura". Sea como fuere, ha llegado hasta nuestros días como tal, como el referente musical en el santoral y el martirologio y con eso me quedo.

Muchos compositores han escrito obras en su homenaje. Hoy os voy a traer la de uno del siglo XX, Benjamin Britten, del que supongo que hablaré bastante el próximo año, ya que se van a cumplir cincuenta de su muerte. Britten empezó a escribir su Hymn to St Cecilia a comienzos de la década de 1940, mientras vivía en los Estados Unidos, sobre un texto de W. H. Auden. Cuando en 1942 volvió al Reino Unido, los aduaneros estadounidenses le confiscaron el manuscrito y al llegar a su país  hubo de reescribir gran parte de memoria. Aquí lo tenéis, en la versión del grupo VOCES8.

17.11.25

Shostakovich: Cuarteto de cuerda n.º 3 en fa mayor Op. 73


Foto de mi grabación de los cuartetos de Shostakovich por el Fitzwilliam

Shostakovich, de quien conmemoramos el 50º aniversario de su muerte (y de quien así despido también mi humilde homenaje), compuso una buena cantidad de música de cámara, entre la que destacan sus quince cuartetos de cuerda. Se trata de un medio en el que cualquier compositor ha de pensárselo mucho antes de embarcarse, con los ejemplos de Beethoven o Bartók haciendo notar su aliento en la espalda. Shostakovich tardó un poco en lanzarse, pues su primer cuarteto data de 1938 y tardó seis años en componer el siguiente. No hay, por tanto, una diferenciación del antes y el después del célebre artículo de Pravda que lo obligó a cambiar el planteamiento de su música -como sí ocurrió en el caso de las sinfonías-. El caso es que nos dejó un legado más que interesante en este medio. Termino con estas palabras de Alan George, el comentarista de una de las grabaciones canónicas de estas obras (la del Cuarteto Fitzwilliam): "Ha de señalarse que, a diferencia de Beethoven o Bartók, Shostakovich nunca buscó llevar el medio más allá de sus límites ya existentes: de hecho, lo aceptó como era, refinándolo y sublimándolo gradualmente. En este sentido, difícilmente se puede considerar que haya expandido la técnica del cuarteto de cuerda, aunque si incrementó o no su rango expresivo es una cuestión completamente distinta". Aquí os dejo una interpretación del Cuarteto número 3 en manos de uno de los conjuntos de esos que todo el mundo considera que mejores lecturas ha dejado de ellos, el Cuarteto Borodin.



3.11.25

Bizet: "Carmen"

Mi partitura de Carmen junto con el libreto de la primera grabación que tuve

¿Qué decir de Carmen, la obra maestra de Bizet que, lógicamente, he elegido para cerrar este pequeño homenaje en su sesquicentenario? Tal vez la ópera más popular (como ya lo vaticinó Chaikovsky), la elegida por Nietzsche para oponerse a Wagner, la que contiene alguna de las piezas más populares de la llamada "música clásica"... He de decir que también es una de mis óperas favoritas, por muy wagneriano que yo sea (peregrinaje a Bayreuth incluido; por si no lo sabíais, podéis leer las entradas de este blog tituladas Bayreuth (I), Bayreuth (II) y Bayreuth (y III)).

En la imagen que encabeza esta entrada veréis el libreto de la primera grabación de Carmen que conocí, colocada sobre la partitura de la obra. No fue en la versión que allí aparece; hace casi cuarenta años mi padre me trajo los discos de vinilo de la biblioteca de la base aérea de Torrejón, donde la atesoraban los americanos, y me la grabé en cintas de dióxido de cromo. Con el tiempo me hice con los CD. Proviene de la película que realizó en 1984 Francesco Rossi y que contó con un elenco maravilloso: Julia Migenes Johnson como Carmen, Plácido Domingo como don José o Ruggero Raimondi como Escamillo. Una versión que restauraba algunas partes que no se solían interpretar (luego he sabido que hay numerosas versiones de la ópera y no hay una que sea canónica; incluso la hay con recitativos -escritos por Ernest Guiraud, amigo de Bizet- sustituyendo los diálogos hablados).

Y aquí me quedo. Os dejo con una versión de garantías, donde Carmen es interpretada nada menos que por Teresa Berganza. Disfrutadla.

20.10.25

Ravel: "L'heure espagnole"

Foto del libreto de mi grabación de las óperas de Ravel

Maurice Ravel escribió dos óperas, L'heure espagnole y L'enfant et les sortilèges. Hoy, para despedir su sesquicentenario, voy a hablar de la primera de ellas, ya que siempre he destacado la relación con nuestro país que tenía este compositor. Esta pieza, que se estrenó en la Salle Favart de París el 19 de mayo de 1911, se compuso unos años antes, entre 1907 y 1909, basada en un libreto de Franc-Nohain (Maurice Étienne Legrand). Ravel quería que esta obra fuese un regalo para su padre, pero este no vivió para verla representada. No llamó demasiado la atención; tras nueve representaciones se retiró del repertorio. No volvió a ofrecerse hasta 1921, cuando tuvo un poco más de éxito, pero sin pasarse. La obra habla de la historia de un relojero, Torquemada (de hecho, en el comienzo se escucha el tic-tac de numerosos relojes) y de su esposa, Concepción, que tiene una retahíla de amantes gracias a su "sangre española" (tópicos, tópicos, tópicos...). Tampoco es que nos haga pensar mucho... Sea como sea, es una música enormemente disfrutable, como toda la de Ravel. Aquí la tenéis, espero que la disfrutéis.

13.10.25

Shostakovich: Sinfonía n.º 7 "Leningrado"

Shostakovich como bombero voluntario en Leningrado (julio de 1941)
Foto del libreto de mi grabación de la Séptima Sinfonía

La Séptima Sinfonía de Shostakovich es un claro ejemplo de cómo se puede manipular todo en esta vida. En su momento, se tuvo como una especie de símbolo de la resistencia soviética ante la invasión nazi de junio de 1941, de cómo la Leningrado sitiada aguantó los embates de los invasores. De hecho, la banal marcha del primer movimiento, que se repite numerosas veces como una suerte de remedo del Bolero de Ravel, se puso como símbolo del poco cerebro de los invasores, que se limitaban a seguir órdenes sin valorar sus consecuencias. Si a esto se une la forma de salir hacia Occidente de la partitura, en un microfilm oculto, y cómo algunos directores se pusieron a interpretarla como un desafío ante la agresión hitleriana, ya tendríamos la leyenda creada. Sin embargo, fue una leyenda que duró poco. En su propio país no tardó en ser comparada con la Obertura 1812 de Chaikovsky, por supuesto de forma desfavorable. Y, lo que fue peor, en presentarla como una especie de precursora de la Octava, considerada un símbolo pacifista y antisoviético, e incluso se llegó a decir que la mejor música de la pieza era la que describía a los alemanes. Más adelante, se indicó que, aunque se quisiera presentar como una reacción al ataque de Hitler, en realidad la obra se había concebido mucho antes, más como un símbolo del abuso de poder que otra cosa. Así que esas repeticiones del primer movimiento tendrían más que ver con el estalinismo que con los invasores. Todo esto se vería corroborado por la indicación de que en su momento se habló de que la obra, ya avanzada, se presentaría en la temporada otoñal de 1941 de la Filarmónica de Leningrado, algo que se dijo en mayo de ese año, esto es, un mes antes del ataque nazi.

Es decir, que cada uno arrimó el palo hacia su vela como quiso. Porque lo primero que se dijo fue que Shostakovich había compuesto la sinfonía entre julio y diciembre de 1941, sin querer salir de la ciudad sitiada a pesar de habérsele ofrecido un lugar más seguro en Moscú. Y la realidad era que la había escrito bastante antes y que no pudo finalizarla porque hubo de cumplir con un encargo hecho por el Teatro Kirov para orquestar el Boris Godunov de Mussorgsky... En definitiva, todo un galimatías. Así que casi es mejor que la escuchéis. Os la dejo en una versión de garantías. Disfrutadla.


 

29.9.25

Johann Strauss: "An der schönen blauer Donau"


Nos vamos acercando al final del año y creo que es momento de despedirnos de los compositores a los que he ido homenajeando porque se cumplía algún aniversario redondo. Comienzo con Johann Strauss y os traigo la que quizá sea la más conocida de sus obras, el vals El bello Danubio azul, pero en una versión no habitual. No habitual, aunque fue la original. Lo cierto fue es que el encargo vino del director de un coro, Johann von Herbeck, y, por tanto, se pensó para ser cantado. En su estreno, el 13 de febrero de 1867, pasó sin pena ni gloria. El éxito llegó cuando, el verano siguiente, ya sin voces, se presentó en la Exposición Universal que se celebró en París, un éxito que desde entonces no ha decrecido. Hoy lo traigo en esa versión original, con una orquesta de cámara y un coro de niños que tienen todas las garantías, pues se trata de la Filarmónica de Viena y los Niños Cantores de esa misma ciudad. Y aprovecho para recordar que el próximo día 25 de octubre se cumplirán 200 años del nacimiento de su autor.

1.9.25

Bill Evans: "Why Did I Choose You?"

Bill Evans en el Festival de Montreux de 1978
(Foto CC BY-SA Brian McMillen)

Ya he hablado algunas veces por aquí de Bill Evans, mi pianista de jazz favorito. Y como llevo bastante tiempo con aniversarios, se me ha ocurrido que podría protagonizar una entrada, ya que este año se cumplen 45 de su muerte. No es un aniversario redondo, pero me sirve de buena excusa. Hoy os voy a traer una pieza protagonizada por él que sin duda va a tocar la fibra sensible a los aficionados a la música de Wagner. Que la disfrutéis.


25.8.25

Wagner: Tannhäuser

Tannhüaser en el Venusberg, por Jacques Clément Wagrez (1896)

A la vuelta de las vacaciones estivales, dedico esta entrada a dos compañeras -y, sin embargo, amigas-, en relación con la obra que os traigo, el Tannhäuser de Wagner. A una, porque, como yo, es una gran aficionada a las obras del de Leipzig y, como yo, ha hecho el consabido peregrinaje a Bayreuth. A la otra, porque ha tenido la fortuna de visitar Baviera y nos envió una foto del castillo de Neuschwanstein pidiendo disculpas por no haber podido hacer lo mismo con la cueva de Venus, el Venusberg, que ella y su familia acababan de ver. Eso me dio pie para escuchar la grabación que estará al final de esta entrada.

Tannhäuser, como saben los buenos aficionados a la música de D. Richard, tiene dos versiones. La primera, la de Dresde, es la del estreno de la ópera en aquella ciudad el 19 de octubre de 1845. Años después se presentó la ocasión de estrenarla en París, para lo cual hubo de hacer sustanciales cambios. El primero, traducir el libreto al francés. El segundo, introducir un ballet, como era obligatorio en la Ópera de aquella ciudad. Wagner lo hizo, pero no quiso cargarse la línea dramárica, con lo cual lo introdujo después de la obertura (la célebre "bacanal"). Sin embargo, lo habitual era que donde estuviese fuera en el segundo acto. Por entonces existía en París el Jockey Club, un punto de reunión de lo que podríamos llamar la flor del pijerío, que tenía la costumbre de no llegar a las óperas hasta el segundo acto y así disfrutar del ballet (o de las bailarinas, en fin). Así que cuando llegaron al estreno de la llamada versión de París de Tannhäuser, el 13 de marzo de 1861, y se dieron cuenta de que el ballet ya había pasado, montaron un escándalo de los que hicieron época.

Dejémonos de cotilleos y vayamos a la música. Aquí os traigo una de las mejores grabaciones que se pueden escuchar, la del festival de Bayreuth de 1962. Es la versión de París, está dirigida por Wolfgang Sawallisch y en su elenco están  Wolfgang Windgassen, Grace Bumbry, Anja Silja, Josef Greindl o Eberhadt Waechter. Disfrutadla (sobre todo vosotras dos, M. y M. J.)


4.8.25

Shostakovich: Sinfonía n.º 5 en re menor


Si bien Shostakovich, en los primeros años de su carrera, se dedicó a experimentar en la música con cierta libertad, llegó un momento en el que tales experimentos chocaron con el poder y hubo de rectificar si quería conservar su vida. Parece una exageración, pero por desgracia no lo es.

En 1936 Stalin escuchó Lady Macbeth de Mtsensk, la ópera de Shostakovich, y, desde luego no le gustó. Poco después aparecío en Pravda un artículo titulado "Caos en lugar de música" en el que se acusaba a su autor de cosas que podían suponer, como mínimo, una deportación y, con más seguridad, un juicio y una ejecución, no solo para él, sino para toda su familia.

Shostakovich reaccionó rápidamente. Guardó en un cajón su recién acabada Cuarta Sinfonía, que iba por el mismo camino que había seguido hasta entonces y guardó un discreto silencio durante un tiempo. Luego compuso la Quinta, siguiendo en principio las directrices que el dictador pensaba que eran las adecuadas para un compositor soviético, y la subtituló "Una respuesta creativa práctica de un artista soviético a una crítica justa". De todos modos, bajo el barniz del cumplimiento de tales directrices no dejó el compositor de imprimir sus ideas a la estructura de la obra, bien que camufladas para poder conservar la vida. Aquí os la dejo dirigida nada más y nada menos que por Leonard Bernstein.


 

14.7.25

Schoenberg: Concierto para piano y orquesta Op. 42 por Alfred Brendel

(Foto CC BY SA Guy Francis)

En la primera de las entradas de este, mi humilde homenaje a Alfred Brendel, indiqué que sentía cierta predilección por el Concierto para piano de Schoenberg, que interpretó a lo largo de toda su carrera. Es esta, que será la última, vamos a escucharlo. Esta obra de 1942 muestra un Schoenberg enzarzado en su serialismo pero con claros intentos de que la tonalidad vuelva a aparecer por algún sitio. La grabación que os traigo es la que yo poseo, en la que Brendel está acompañado por la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera, con la dirección de Rafael Kubelik.


7.7.25

Schubert: Impromptus D. 899 por Alfred Brendel


Creo que Alfred Brendel merece que prolongue una semana más mi humilde homenaje, esta vez saliéndome de Beethoven y llegado a otro de los grandes nombres del clasicismo vienés, Franz Schubert. Y voy a aprovechar para profundizar un poco en la biografía de mi homenajeado.

En el artículo que le dedica el New Grove se dice que estudió piano en Zagreb y en Graz, donde se presentó por primera vez en 1948. Luego, como ya se habló por aquí, tuvo maestros como Paul Baumgartner, Edward Steuermann y Edwin Fischer. Sin embargo, si se consulta la Wikipedia, se verá que se recalca que su familia no tenía relación alguna con la música, que sus estudios fueron más bien erráticos y que se le podría considerar un autodidacto. ¿Con qué nos quedamos?...

Sea como fuere, ganar un premio en una competición como el concurso Busoni de Bolzano, con apenas 18 años, era bastante para un intérprete de preparación tan poco sistemática, así que algo de talento natural debía de haber. Muy pronto llegó también su relación con los estudios de grabación, que comenzó en 1952 con el Quinto Concierto de Prokófiev.

Como os he dicho, hoy vamos a verlo interpretar a Schubert, en concreto sus Impromptus D. 988. Otra de las grabaciones de Brendel que atesoro, y de la que he puesto una foto al comienzo de esta entrada, es precisamente la de todos estos impromptus, que incluye además los Moments musicaux y algunas danzas alemanas.


30.6.25

Beethoven: Variaciones "Diabelli" por Alfred Brendel


Creo que hay que prolongar el homenaje a Alfred Brendel. Hoy os traigo una interpretación de una de las obras capitales del pianismo de Beethoven, las Variaciones "Diabelli", esas piezas que empezaron como una especie de divertimento preparado por Anton Diabelli, quien pidió a los principales compositores activos en Viena que le enviasen una variación sobre un vals de su composición para publicarlas todas juntas. Sin embargo, Beethoven se lo tomó mucho más en serio y escribió 33 variaciones que, en conjunto, son unas de las composiciones más importantes para el piano de toda la historia de la música. Yo tengo entre mis grabaciones dos debidas a Brendel, una de 1976 y otra de 1988. Esta es otra más, que seguro que os va a encantar.


23.6.25

Beethoven: Sonata "Hammerklavier" por Alfred Brendel

(Foto: Jiyang Chen)

El pasado día 17 se nos fue Alfred Brendel. Tenía 94 años y llevaba retirado desde finales de 2008. Yo lo conocía por sus grabaciones, especialmente de música de Beethoven, pero su repertorio abarcaba todo el romanticismo germánico, desde Mozart hasta Schoenberg (le gustaba especialmente el Concierto para piano de este último).

Pero contemos algo de su vida. Brendel, aunque era de nacionalidad austríaca, nació en la localidad morava de Loučná nad Desnou (en su día conocida como Wiessenberg) el 5 de enero de 1931. No solo estudió piano, sino también composición y, aunque en su día escribió alguna que otra obra musical, nunca se dedicó a ello, si bien mantuvo su interés en la música contemporánea, a pesar de que no se ocupase de ella en demasía en su carrera como intérprete. De sus maestros, destaca Edwin Fischer, de quien dijo el propio Brendel que "guíó a dos generaciones de jóvenes pianistas lejos del piano y hacia sí mismos".

Tras una larga carrera en las salas de concierto y también en las de grabación, Brendel se presentó en público por última vez el 18 de diciembre de 2008 en Viena, con el Concierto n.º 9 de Mozart. También fue poeta y escritor. Murió en Londres, donde residía desde la década de 1970.

Como os digo, yo lo relaciono sobre todo con Beethoven y aquí os dejo una grabación que hizo de la Sonata Hammerklavier en 1970.




16.6.25

Bizet: Suites de "La arlesiana"

(Caricatura de Henri Meyer, 1863)

Junto con Carmen, la otra obra que siempre se menciona al hablar de Bizet es la música incidental que compuso en 1872 para la pieza teatral L'Arlésienne, de Alphonse Daudet. Es otro caso que demuestra el enorme poder evocador que tenía Bizet para situar música dramática en un contexto espacial que apenas conocía (jamás estuvo en España y ahí está Carmen, y la Provenza en la que se desarrolla la obra de Daudet solo la visitó de paso, en su viaje a Roma después de ganar el premio de ese nombre). La música no tuvo demasiado éxito en su momento, a pesar de lo cual Bizet, convencido de su valía, extrajo una suite orquestal. Tras su muerte, Ernest Guiraud arregló una segunda. Aquí las tenéis.