Buckner comenzó a escribir la que hoy conocemos como su Segunda Sinfonía en el año 1871. Al parecer, su estado de ánimo era excelente tras la vuelta de un viaje por Inglaterra en el que había considerado que su música en aquel país se entendía dado el éxito que habían tenido los conciertos en los que se había interpretado. Dos años después, en 1873, se produjo su estreno, que también obtuvo la aclamación del público. Ello no impidió, sin embargo, que de inmediato emprendiese la revisión de la obra, como tantas otras veces, que culminó en 1877. En este caso contó con la colaboración de Johann Herbeck (1837-77), cuya imagen encabeza este texto. Este compositor y director austriaco, conocido universalmente por ser quien estrenó la Sinfonía Inacabada de Schubert, era por entonces director de la Ópera de la Corte de Viena. En esta revisión no solo se sometió la obra a diversos cortes, sino que se invirtió el orden de los dos movimientos internos: en la primera versión el scherzo va antes que el andante. La que os traigo hoy es la segunda, la de 1877, que adoptó Nowak en su edición de las sinfonías de Bruckner y es la que más se suele interpretar.
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