Napoleón Bonaparte, como Primer Cónsul, por A.-J. Gros
(Museo de la Legión de Honor, París)
Es una historia bastante conocida, pero no me resisto a traerla aquí. Como siempre, es un fragmento de mi Vida de Ludwig van Beethoven (páginas 99-102):
La obra quedó terminada hacia octubre de 1803, ya de vuelta en Viena. Allí tocó el último movimiento completo ante Stephan von Breuning y el pintor renano Willibrord Joseph Mähler (que pintaría dos célebres retratos del compositor). Ries nos da pistas sobre su inspiración:
En esta sinfonía Beethoven había pensado en Bonaparte durante el periodo en el que aún era primer cónsul. Por entonces Beethoven lo tenía en la mayor de las estimas y lo comparaba con los más grandes cónsules romanos.Fue al año siguiente cuando tuvo lugar el célebre estallido que llevó al cambio de título de la obra; casi siempre se asume que sucedió en mayo de 1804, cuando tras un plebiscito Napoleón se proclamó emperador, aunque también es muy posible que ocurriese después del 2 de diciembre, cuando se coronó a sí mismo en la catedral de París ante el papa Pío VII. En alguno de esos momentos ocurrió la famosa historia que nos cuenta Ries:
Yo mismo, así como muchos de sus íntimos amigos, habíamos visto la sinfonía, ya copiada en partitura completa, sobre su escritorio. En la parte de arriba de la portada aparecía la palabra «Buonaparte» y abajo «Luigi van Beethoven», pero ni una palabra más. Si el espacio intermedio se iba a rellenar y con qué, no lo sé. Yo fui el primero en darle la noticia de que Bonaparte se había proclamado emperador, con lo cual estalló en ira y gritó: «Luego no es más que un hombre vulgar. ¡Ahora pisoteará todos los derechos del hombre y solo satisfará su propia ambición; se situará por encima de todos los demás y se convertirá en un tirano!» Beethoven fue al escritorio, tomó la portada por su parte superior, la arrancó entera y la tiró al suelo. Escribió de nuevo la primera página y solo entonces la sinfonía recibió el título de Sinfonia eroica.El que este hecho, que muestra al Beethoven más republicano en todo su esplendor, se produjese en diciembre podría estar apoyado por lo que dice el propio compositor en una carta a Breitkopf & Härtel en la que les ofrece, para su publicación, la sinfonía, el oratorio Christus am Oelberge, el Concierto Triple (Op. 56) y tres nuevas sonatas para piano (Op. 53, 54 y 57):
El título de la sinfonía ciertamente es Bonaparte.La carta está fechada el 26 de agosto de 1804, luego parece difícil que tras una explosión tan fuerte Beethoven cambiase de parecer con tanta rapidez.
En el archivo de la Gesellschaft der Musikfreunde de Viena se conserva un ejemplar manuscrito de la sinfonía en cuya portada se observan los efectos de este cambio. Se trata de la obra de un copista, pero tiene anotaciones de Beethoven. Se podría representar de la siguiente forma:
Sinfonia grande
1804 im August
del sigr.
Louis van Beethoven
Sinfonie 3 Op:55
La segunda línea está fuertemente raspada, aunque todavía se intuye lo que pone en ella. La tercera, que indica la fecha, está escrita probablemente por otra persona con tinta más oscura. A pesar de la raspadura, Beethoven añadió a lápiz, y no borró, «geschrieben auf Bonaparte» («escrita sobre Bonaparte») en el amplio espacio que queda entre las dos últimas líneas. El título de la obra, cuando la Oficina de Artes e Industria la publicó en octubre de 1806 fue Sinfonia eroica (…) composta per festeggiare il sovvenire di un grand uomo. («Sinfonía heroica, compuesta para conmemorar el recuerdo de un gran hombre»).
De todos modos, aunque tengamos claro que el título de la sinfonía era Bonaparte, lo más seguro es que Beethoven no tuviese intención de dedicársela a Napoleón. Las dedicatorias eran una importante fuente de ingresos para él, que casi con total seguridad no podría haber obtenido del primer cónsul o emperador de los franceses. Por eso al final se la dedicó al príncipe Lobkowitz, en cuya casa se produjo la primera interpretación de la obra en agosto de 1804.
Y, como siempre, una Eroica de plenas garantías, de la mano de Otto Klemperer, en una grabación histórica:
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