3.3.25

Bizet: Sinfonía en do mayor

Bizet hacia 1860

Una de las primeras frases del artículo que el New Grove dedica a Bizet no puede ser más deprimente: "Bizet podría haber sobrepasado a los muchos compositores activos en Francia en el último tercio del siglo XIX de no haber sido por su prematura muerte a los 36 años de edad". Deprimente, pero no exenta de razón. Bizet mostró muy pronto sus dotes musicales; su padre era un modesto maestro de música y compositor y su madre también tenía conocimientos en este campo. Probablemente fue la primera que se los inculcó: le enseñó solfeo y piano.

Con solo nueve años entró en el Conservatorio, donde ganó todos los premios habidos y por haber, incluido el célebre "Premio de Roma" (ya hablaremos de ello en su momento). Y con diecisiete, en el otoño de 1855, emprendió la tarea de escribir su primera sinfonía, que tuvo como modelo al compositor que más lo influyó en sus años de aprendizaje: Charles Gounod. Apenas tardó cinco semanas en terminarla y, tal vez porque pensase que las mencionadas influencias fuesen demasiado evidentes, no llegó a editarla, de modo que la obra no se estrenó hasta el 26 de febrero de 1935, cuando Felix Weingartner, azuzado por el historiador musical Douglas Charles Parker, la presentó en Basilea.  Aquí la tenéis, interpretada nada menos que por Bernard Haitink al frente de la Orquesta del Concertgebouw.


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