La catedral nueva de Linz (Austria)
Foto CC BY-SA Pierre Bona
Después de su largo proceso de aprendizaje y preparación, por fin Bruckner se lanzó a la composición de su primera sinfonía "canónica". Se trata de la obra que está en do menor y que escribió en Linz entre 1865 y 1866. Su estreno en esa misma ciudad, el 9 de mayo de 1868, supuso una suerte de revolución. La audiencia se encontraba ante una obra de grandes dimensiones, audaz desde el punto de vista armónico y que denotaba claramente, en su orquestación, que su autor era un organista con cierto renombre. La palabra "revolución" tal vez nos suene bien, pero a su autor le debió de producir sentimientos encontrados, pues después de estos acontecimientos revisó en numerosas ocasiones la partitura en incluso hizo una renovación casi completa que se conoce como la versión de Viena de 1890-91. Esa revisión no supuso necesariamente una mejora; de hecho, hoy en día se prefiere la versión de Linz, que es la que se escucha habitualmente. Hoy os la traigo en una interpretación de garantías (Jochum). Quienes seáis amantes de las sinfonías de Mahler probablemente penséis en la Sexta al escuchar los primeros compases de esta obra.
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