(...)la magnífica biografía del compositor escrita por Jean y Brigitte Massin tiene la curiosa característica de adjudicarle innumerables flirteos, muchas veces de manera infundada. Tal parece ser el caso de dos que se sitúan precisamente en este año de 1797.
Christine Gerhardi era una cantante aficionada de origen italiano que por entonces contaba unos 20 años. Dos de las seis cartas de Beethoven antes mencionadas están dirigidas a ella. Era una joven bella, con una excelente voz, asidua de los conciertos de los Asociirten de van Swieten, donde es posible que la conociese Beethoven. Las dos cartas de este año 1797 lo que indican sobre todo es que la relación entre ambos pasó de ser formal, como el tono de la primera, en la que agradece a la joven el envío de un poema en alabanza de su música (Anderson nº 23), a ser más íntima, como muestran el «Querida Christine» y el «que el diablo la lleve» de la segunda (Anderson nº 24), en la que discute el parecido de un retrato que le habían realizado. Por muy familiar que sea esta segunda carta, es muy difícil vislumbrar en ella algo más que una jovial amistad. El 20 de agosto de 1798, Christine se casó con el médico Joseph Frank, hijo del también galeno Peter Frank. Uno de ellos, no se sabe cuál de los dos, trató a Beethoven antes del verano de 1801; eran grandes amantes de la música y celebraban con asiduidad veladas musicales en su casa, en las que Beethoven era un participante habitual, y no solo eso, sino que además corregía las cantatas que Joseph solía componer para celebrar el cumpleaños y la onomástica de su padre.
La segunda dama es Barbara (Babette) Keglevics, entonces de 17 años, hija de una noble familia de Presburgo que tenía también una casa en Viena. Este año de 1797 se convirtió en alumna de Beethoven y según una leyenda, aventada por un sobrino suyo, el compositor solía acudir en camisón, zapatillas y gorro de dormir a dar las lecciones, ya que vivía en la misma calle, justo enfrente. Es a este sobrino a quien los Massin dan crédito para la historia del asunto amoroso entre ambos. Lo que sí es cierto es que Beethoven le dedicó la sonata para piano Op. 7, la obra más importante que había escrito hasta el momento, y también más obras en el futuro, como las variaciones WoO 71, el primer concierto para piano (Op. 15) y las variaciones Op. 34. Babette se casó en 1801 con el príncipe Innocenz d’Erba Odescalchi.
(Vida de Ludwig van Beethoven, pp. 54-55)
Aquí os dejo esa Sonata Op. 7 que Beethoven dedicó a Babette Keglevics, en buenas manos:
No hay comentarios:
Publicar un comentario