En entradas anteriores mencioné la enorme admiración que profesaba Nicolò Paganini por nuestro compositor; tanta como para exclamar algo así como "Beethoven murió para revivir en Berlioz" cuando escuchó la Sinfonía fantástica. Una de las consecuencias de ello fue el encargo de la obra que hoy os traigo, "Harold en Italia", compuesta en el verano de 1834. Basada laxamente en el Childe Harold de Lord Byron, es en realidad un grupo de reminiscencias de la estancia de Berlioz en Italia, escritas en forma de sinfonía en cuatro movimientos con una viola principal solista. El gran violinista italiano había pensado lucirse con su nueva viola Stradivarius, pero al ver la poca relevancia que dio Berlioz al instrumento se decepcionó de tal modo que jamás interpretó la partitura. Él se lo perdió. La versión que os pongo aquí es una garantía total, con uno de los directores que más abogó por la música de Berlioz y uno de los violinistas más importantes del siglo pasado.
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