Antonín Dvořák es enormemente conocido gracias a la última de sus nueve sinfonías, la del Nuevo Mundo, pero es una pena que la gente no disfrute más con las otras ocho. Para que veáis por qué lo digo, aquí os traigo el maravilloso tercer movimiento de la Octava. Ya me diréis qué os parece...
No hay comentarios:
Publicar un comentario