Isabel II y Felipe de Edimburgo tras la coronación
No sé si os habréis enterado, porque apenas se ha hablado de ello en los medios de comunicación, pero hace poco más de un mes falleció la reina Isabel II y fue sucedida por su hijo, Carlos III. El próximo mes de mayo se verificará la coronación de Carlos, con toda la pompa y circunstancia debidas...
Bromas aparte, vamos con la música. La semana pasada os hablé de Vaughan Williams como el principal sinfonista británico del siglo XX y quizá de toda su historia musical. Si hablamos de ópera, el que debería llevarse la palma es Benjamin Britten, el compositor que más óperas ha aportado al repertorio desde aquellas islas tras Purcell (dejemos a un lado a Händel, un alemán que componía óperas italianas para el público de Londres).
Recientemente hemos sabido que la coronación de Carlos III tendrá lugar el próximo mes de mayo. Hace más de setenta años se produjo la última de estas ceremonias y para ella compuso Britten la ópera Gloriana. Se eligió el reinado de la predecesora del mismo nombre, Isabel I, para ambientarla y crear una suerte de "ópera nacional", pero Britten, de quien se esperaba algo parecido a una Aida, acabó basándose en Elizabeth and Essex, de Lytton Strachey, haciendo meditar a una anciana Isabel sobre su mortalidad y socavando la autoridad absoluta de la monarquía. Esto causó que tras su estreno, el 8 de junio de 1953 en el Covent Garden, hubiese división de opiniones. Hoy os traigo una suite de esta ópera.
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