26.9.07

Los discos de la isla desierta: Música para la escena de Chausson


Chausson: La Légende de Sainte Cécile - Vernet · Chœur de Radio France - La Tempête - Dale · Farman · Todorovitch · Le Roux · Lafont
Ensemble Orchestral de Paris - Kantorow

EMI 7243 5 55323 2 9

Grabado en 1994

Siempre he tenido predilección por la música francesa de finales del XIX y principios del XX. Empezando por Franck y siguiendo por Saint-Saëns, Bizet, Chabrier, Massenet, Fauré, Debussy y, por supuesto, Ernest Chausson, un compositor cuya obra, sin embargo, conocí relativamente tarde.

Poco había oído hablar de este parisino, miembro de una familia más que acomodada, que estudió Derecho y sólo empezó con la música a los 24 años. Su temprana muerte a los 44 años, en 1899, en un absurdo accidente ciclista en el que algunos se empeñan en ver misterios, truncó una carrera que podría haber discurrido por derroteros insospechados. Se pudo dedicar a ella sin problemas, sin tener en cuenta los ingresos que ello le pudiera reportar. Tal vez por eso su obra sea bastante diferente en el sentido de no tener tal vez tantas ataduras "comerciales". Una obra muy francesa pero sin duda influida por Wagner (Chausson fue un asiduo de Bayreuth y su única ópera, Le roi Arthus tiene numerosos ecos del Anillo wagneriano), etérea, sutil, muy melódica y cromática, misteriosa, envolvente, sensual...

Con todo, Chausson no es un compositor muy conocido, a pesar de que algunas de sus obras han tenido muy célebres intérpretes, como David Oistrakh (Poema para violín y orquesta Op. 26) o Victoria de los Ángeles (Poème de l'amour et de la mer Op. 19). También su Sinfonía en si bemol mayor, Op. 20 ha sido objeto de varias grabaciones célebres, entre las que destaca la de Charles Munch al frente de la Orquesta Sinfónica de Boston.

El "disco de la isla desierta" que presento hoy no contiene precisamente música de la más conocida de Chausson, pero es de una belleza tal que me parece imprescindible. Se trata de La Légende de Sainte Cécile, Op. 22, de 1891 y La Tempête, Op. 18, de 1888-89. El problema es que me da la sensación de que no hay más grabaciones de estas dos músicas para la escena, la primera para una obra de su amigo Maurice Bouchor (que, entre tanto, ha sido completamente olvidada) y la segunda para la del mismo título de Shakespeare, y este disco está descatalogado desde hace mucho tiempo. En todo caso, no es mala pieza para los "cazadores de tesoros".

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