5.6.07

Raros y rarezas: Scriabin

Parece ya una tradición encabezar los mensajes de este tipo por un "¿raro Scriabin?" No, Scriabin no es un compositor que me parezca "raro" por ser poco conocido (aunque tampoco sea el más famoso del mundo), sino por lo "rarito" que llegó a ser como persona.

(Y no, no me he confundido con la foto que encabeza este texto, es que como el rostro de Scriabin está ya algo visto, he preferido poner aquí a su sobrina nieta Nicole)

Estricto contemporáneo de Rajmáninov, Alexander Scriabin nació en Moscú el 6 de enero de 1872; ambos fueron discípulos en el Conservatorio de Arensky y Taneyev. Fue un pianista excepcional cuya carrera se vio en cierto modo marcada por una temprana lesión en la mano que le hizo temer que tuviera que abandonar. A quienes sí abandonó fue a su mujer y a sus cuatro hijos para fugarse con una admiradora y viajar por Europa. A la vez, abrazó las exóticas y extrañas ideas teosóficas de Mme. Blavatsky, que marcaron su vida y su música.

Scriabin pasó de ser un compositor netamente influido por Chopin a crear un lenguaje propio y con grandes pretensiones. Creyó estar situado en una especie de centro del universo desde el que tenía que crear una obra que ayudase a los hombres a ponerse en contacto con la divinidad. Su último proyecto, que su muerte truncó, era una obra colosal que iba a llamar Mysterium, que comenzaría con algo así como un "repique de campanas sobre el Himalaya" y duraría siete días.

Esta y otras megalomanías han llevado a algunos a escribir, con respecto a Scriabin, que "el límite entre el genio y la locura es muy tenue". Sin embargo, parece que eso no se aplica a algún que otro creador que también escribe obras que duran siete días y que incluyen cuartetos de cuerda tocados desde helicópteros... Pero ya lo decía el poeta: "En este mundo traidor / nada es verdad ni es mentira / todo es del mismo color / del cristal con que se mira..."

Hasta podríamos calificar como "extraña" su muerte, que se produjo prematuramente en Moscú el 27 de abril de 1915, pues se debió a una septicemia contagiada por una mosca que le picó en el labio...

Haciendo abstracción de estas extravagancias, Scriabin es un compositor sumamente interesante, especialmente en su obra para piano donde se aprecia una enorme evolución desde un romanticismo chopiniano hasta una sensualidad y un éxtasis que algunos han situado dentro del impresionismo. En sus últimas obras Scriabin traspasó la frontera de la atonalidad, pero lo hizo de una forma tan tenue, tan suave, que yo me atrevería a recomendársela a aquellos que, sin estar acostumbrados, tengan curiosidad por saber cómo suena la música totalmente cromática. De todos modos hay quien opina que nunca cruzó el límite, sino que creó una suerte de nuevo sistema basado en un acorde que él llamó "místico" (do-fa sostenido-si bemol-mi-la-re).

No terminaré sin agradecer a mi amigo Enrique (Scriabinian) el haberme hecho descubrir la obra de este creador único.

Algún ejemplito pondré en el foro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario