¡Ya era hora! Desde los inicios de esta bitácora, cuando aún formaba parte de Mixobitácora, ya anuncié que trataría de música de la llamada "clásica", pero también sobre jazz. Fue quizá un tanto arriesgado, pues en este campo soy lo que se dice un recién llegado y poseo poco más de 50 discos de jazz. Sin embargo, ya he podido asignar la etiqueta de "favoritos" a algunos de los músicos que lo cultivaron.
Uno de ellos es el pianista Bill Evans; culpable de ello en gran medida es mi amigo Scriabinian, a quien conocerán quienes frecuenten ForoClásico o Clasiforo. En su día ya me metió el virus Scriabin en la sangre (desde aquí prometo hablar de él en esta bitácora) y poco después hizo lo mismo con Evans. Scriabinian, médico y pianista, inoculador de virus y persona fiable (¿?) si de piano se trata, habló maravillas de Bill Evans, colocándolo a unas alturas estratosféricas en la interpretación pianística (sin adjetivo).
Para dar datos sobre Evans me voy a valer del libro Los 25 grandes del Jazz, de Miquel Jurado, que compré hace años junto con una primera colección de Jazz, formada por sólo 10 discos, que conseguí por medio del nunca bien ponderado Círculo de Lectores.
Nació el 18 de agosto de 1929 en Nueva Jersey, hijo de inmigrantes rusos. Sus padres eran muy religiosos (ortodoxos) y en la iglesia, donde trabajaba su madre, fue donde empezó a vivir la música. A los cinco años empezó a estudiar, primero piano y violín y más tarde clarinete y flauta.
Ingresó en la escuela de música de la Universidad del Sureste de Luisiana, en Nueva Orleans, donde entró en el Jazz de la mano de Mundell Lowe y Red Mitchell. A los cuatro años terminó los estudios musicales y entró en el grupo de Herbie Fields, saxofonista.
Durante el servicio militar estudió el estilo de los pianistas de Jazz que más admiraba, pero al licenciarse no pudo aún dedicarse a ese tipo de música. En Nueva York perfeccionó sus estudios; en 1955 otra vez fue Mundell Lowe quien consiguió que la casa discográfica Riverside le ofreciera un contrato; de ahí surgió New Jazz Conceptions, una grabación que le dio a conocer en el mundillo. Antes de formar parte del grupo de Miles Davis, perteneció a los de George Russell, Tony Scott y Charles Mingus. Davis le hizo participar en el mítico Kind of Blue, grabación que según los expertos es un importante punto de inflexión en el desarrollo del Jazz.
Tras salir del grupo de Davis, Evans formó su propio conjunto con Scott LaFaro y Paul Motian, que se malogró con la muerte de LaFaro en un accidente de tráfico (1961). Hasta que en 1966 conoció al contrabajista puertorriqueño Eddie Gómez no fue capaz de suplir adecuadamente la falta. Desde entonces, Evans apenas grabó fuera del grupo, aunque cuando lo hizo dejó una huella indeleble, ya fuese él sólo (Conversations with myself, 1963, en donde gracias a las modernas técnicas de grabación él toca los dos pianos), o con otros (Stan Getz & Bill Evans, 1964; Living Time, con George Russell, o los dos álbumes que grabó con el cantante Tony Bennett en 1975).
Evans murió en Nueva York el 15 de septiembre de 1980. Como no me siento capaz de hacer comentarios sobre su estilo de interpretación, creo que lo mejor es dejar un ejemplito para que juzguéis vosotros mismos:
El "Waltz for Debbie" grabado en el Village Vanguard con Lafaro es, simplemente, brillante
ResponderEliminarSaludos
Me alegro de haberte cedido el testigo de Bill Evans como en su dia a mí me lo dieron a conocer otros melómanos, Paco. Evans revolucionó el lenguaje jazzístico con una visión introspectiva cargada de lirismo y unas armonías realmente complejas. Comentaba Jack Reilly en un tratado sobre la armonía de Bill Evans que cuando lo conoció en 1951, al entrar en la habitación en la que el pianista tocaba, se lo encontró interpretando al piano de forma impecable la partitura orquestal de la consagración de la primavera de Stravinsky. El talento siempre es fruto de un gran trabajo y de unas cualidades excepcionales. Ambas facetas caracterizaron a Bill Evans.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Paco.