Una alondra
(Foto CC BY-SA Juan Lacruz)
Último lunes de marzo, toca pieza de Las estaciones de Chaikovksy. La dedicada a marzo lleva el título de El canto de la alondra, ese bichito alado que en nuestro país no suele migrar, pero que en la Europa oriental en la que vivió el compositor ruso sí que hibernaban en el sur y con la llegada de la primavera volvían hacia tierras más septentrionales. Aquí la tenéis, en una interpretación de garantías. Pero...
¿A qué viene el pero? A que ayer, 26 de marzo, se cumplieron 196 años de la partida de este mundo del genio de los genios, Beethoven...
Lo cierto es que estos días se ha hablado bastante de él, por el estudio que se ha hecho a partir de los mechones de su cabello que se conservan. Un estudio en el que se han descubierto las sopas de ajo, es decir, que se ha anunciado a bombo y platillo que murió por un problema hepático, como si eso no se supiera desde el año de Maricastaña. (No pongo aquí fragmentos de mi humilde Vida de Ludwig van Beethoven en los que se habla de ello porque casi me da corte). En fin, dejémonos de bobadas periodísticas y vamos a lo bueno, que es su música. Y qué mejor que una de sus obras capitales, la Eroica, interpretada por uno de los directores más importantes del siglo pasado, Otto Klemperer. A disfrutarla.
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