Y, como no podía ser de otra manera, termino este mes dedicado al trío para piano, violín y violonchelo con la obra culminante para este conjunto de Beethoven, el Trío Archiduque, escrito en 1811. Beethoven dio gran importancia a esta formación de cámara: no en vano, las primeras obras que consideró dignas de llevar un número de opus fueron tres tríos compuestos en sus primeros años de Viena y que pensó le darían un nombre como compositor y no simplemente como virtuoso del piano. Aquí tenéis este trío interpretado por uno de los más célebres conjuntos de cámara de todos los tiempos, el Trío Beaux Arts.
30.6.14
23.6.14
Ravel: Trío para piano en la menor
Del Trío de Ravel se suele decir algo semejante al de Chaikovsky: también es una obra para que la toquen grandes solistas antes que conjuntos estables. Por eso os lo traigo en una grabación histórica (1954) de esta pieza escrita en 1914 en la que destaca el nombre del gran pianista francés de origen lituano Vlado Perlemuter.
16.6.14
Chaikovsky: Trío en la menor Op. 50
Del peculiar trío para piano, violín y violonchelo de Chaikovsky se suele decir que es más para un trío de grandes solistas que para un conjunto habitual de cámara. Una muestra clara puede ser la de la versión que os traigo, protagonizada nada menos que por Rubinstein, Heifetz y Piatigorsky. Hay un curioso chascarrillo relacionado con este trío de estrellas que dio varios conciertos por Estados Unidos a finales de los años 40 del siglo pasado. Siempre se anunciaban los nombres así: Rubinstein, Heifetz y Piatigorsky. Herido el ego del gran violinista por ello, se quejó e indicó que en alguna ocasión se podría variar el orden, a lo que D. Arthur contestó: "Los nombres se indican así por tradición: piano, violín y violonchelo; de modo que si Dios tocase el violín, se habría de anunciar a Rubinstein, Dios y Piatigorsky."
9.6.14
Schubert: Trío en si bemol mayor D. 898
Siguiendo con los tríos para piano, violín y violonchelo, llega el turno de Franz Schubert. Muy conocido por sus lieder, ya sea independientes o en sus geniales ciclos como Winterreise, tal vez también por sus dos últimas sinfonías, la Inacabada y la Grande, Schubert dejó asimismo un importante legado en la música de cámara, con numerosos cuartetos, y sus celebérrimos Octeto para viento y cuerda y Quinteto para piano y cuerda La trucha. También escribió tríos para cuerda y para piano y cuerda; en concreto, para esta última combinación, compuso dos tríos completos y dos fragmentos, uno muy temprano (1812) conocido como "Sonata" y un Notturno que data de la misma época de las dos obras completas, esto es, 1827-28. Os traigo hoy el primero de los dos tríos, el que está en si bemol mayor y lleva el número de catálogo 898. Los intérpretes son de garantía: Istomin, Stern y Rose.
2.6.14
Saint-Saëns: Trío para piano, violín y violonchelo nº 1 en fa mayor Op. 18
En la música de cámara, el trío formado por un piano, un violín y un violonchelo es tal vez el conjunto más importante detrás del cuarteto de cuerda. Muchos grandes compositores han dejado su impronta en esta formación y, aprovechando que recientemente una amiga se ha convertido en miembro del más renombrado trío de piano y cuerda de España, voy a dedicar, en su honor, este mes a composiciones de este tipo que me gustan especialmente. Empezaré con el primero de los dos que escribió mi admirado Saint-Saëns, una verdadera delicia, que data de 1863. Y los intérpretes son de los que quitan el hipo.